martes, 29 de marzo de 2011

La limpieza de las Cartas

Oráculo de los Maestros Ascendidos(*)

Con bastante frecuencia se me pregunta sobre la forma de limpiar las cartas para poder utilizarlas. Como ya he dicho en varias ocasiones, no soy de las personas que concede gran importancia a las energías negativas ni a los rituales, por lo tanto, mi respuesta en este sentido es que no veo la necesidad de limpiar una baraja ni de practicar un determinado rito antes de utilizarlas. Pero voy a ir por partes e ir explicando el porqué de esta actuación bajo mi punto de vista.

Considero que cuando uno se dispone a practicar rituales para limpiar de posibles energías malignas o bien para preparar las cartas para ser utilizadas por uno mismo, se está poniendo el acento más en un instrumento, como son las cartas, que en el fondo. 

Hace mucho tiempo, cuando escuchaba que quienes practicaban la videncia explicaban que lo de menos era el obejto de videncia, sino la videncia en sí, yo no acababa de entenderlo. Es decir, para mí era realmente extraño que uno pudiera intuir cosas utilizando cartas, bolas de cristal, posos de café o cualquier otra cosa. Hoy veo que eso es lo lógico; que el instrumento utilizado tiene valor para quien lo usa porque es el que ha elegido y el que entiende mejor, pero lo importante es el mensaje, no el medio. 

Cuando uno se comunica con otro puede hacerlo por muchos medios y utilizando lenguajes diversos. Así, podemos comunicarnos directamente, o a través del teléfono, o por carta, etc., etc. Asímismo, podemos expresarnos en español o en francés o en chino o en infinidad de lenguas; cada una tiene una expresividad distinta y ahí está la grandeza de los idiomas; ninguno logra expresar todo lo que la persona querría comunicar pero cuantos más conoce mejor logra hacerse comprender. Pues de igual manera las distintas mancias nos ayudan a expresar un mensaje que viene de otro lugar y cuya importancia es grande en sí mismo y no por el instrumento utilizado.

Yo creo que más que adecuarse uno a las cartas, quien habla a través de ellas se adecúa a los diferentes instrumentos. ¿Y quién habla? En mi opinión existen tres fuentes que son las que nos envían la información que solicitamos si es bueno que la obtengamos. En primer lugar creo que los mensajes vienen de seres celestiales que nos ayudan en nuestro progreso y nos aconsejan. En segundo lugar, considero que nuestro inconsciente tiene mucho que decir también y se une a la intuición. Y por último, ese inconsciente colectivo del que hablaba Jung, como suma de la humanidad al completo a través de los siglos y que de alguna forma se comunica también con cada uno.

Por tanto, las cartas son un instrumento, como un bolígrafo, un dicccionario, un medio de comunicación; pero en sí mismas, no considero que tengan un poder. Sirven de catalizador para que podamos entender más o menos las respuestas a nuestras preguntas. Por supuesto que hay que tratarlas con cuidado, como cualquier objeto de nuestro entorno al que tenemos cariño, no porque haciendo determinados rituales nosotros podamos imbuirlas o no de poder. El poder viene de arriba, no de nosotros.

Al principio, seguí las instrucciones que alguien consideró oportuno darme y no dejaba tocar mis cartas por nadie hasta que hubiera practicado el ritual requerido; pero luego me di cuenta de que esto era innecesario y lo que hago es mostrarlas y dejar que cualquiera que lo desee las vea y las estudie, incluso antes de, como suele decirse, "hacerlas propias". Luego, busco la bendición divina y sencillamente las coloca delante de una figura muy sagrada para mí, y al día siguiente las uso pensando que tienen la aprobación que buscaba. ¡Y ya está! 

Yo creo que haríamos bien en no confundir, por tanto, el instrumento con el mensaje y con el origen del mismo. ¿Eso quiere decir que no es bueno hacer nada en absoluto con ellas? Mi contestación vendría explicada en un ejemplo. Imagina una cita de amor; uno prepara con ilusión y ternura ese encuentro; coloca música agradable, unas luces hermosas, una cena deliciosa, pero lo importante es que en esos preparativos hay mucho amor. Fíjate bien, lo que hay es amor; pero ni la música, ni las luces, ni la cena lo conforman, sencillamente lo adornan. El amor tiene que estar por encima de todos esos aderezos que por muy bellos que sean no crean el sentimiento, sino en todo caso, lo acogen y lo cuidan pero no lo crean.


(*) La primera imagen pertenece al Oráculo de los Maestros Ascendidos de Ulrike Hinrichs y Petra Schneider. En cuanto a la segunda ha sido obtenida de la red, y pertenece al Tarot Rider Waite.

sábado, 26 de marzo de 2011

9 - EL PREDICADOR

La carta de EL PREDICADOR corresponde al signo zodiacal de Sagitario y al planeta Júpiter.

El Predicador se nos muestra como un sacerdote en el altar de cara a los fieles. Los símbolos que rodean al sacerdote lo sitúan dentro de diversos caminos espirituales en lugar de adscribirse a uno único.

El Predicador tiene la palabra justa para sus fieles. Ha recibido instrucción sobre la respuesta que debe darse en cada caso, pero ¿es capaz de aplicarse esos consejos a sí mismo? A lo mejor, el hecho de repetir y repetir frases le ha alejado de su propia verdad y es hora de recuperarla. No se trata de representar un papel; ni siquiera de creerlo por obligación; sino que debe vivirlo en verdad. Para ser maestro de otros, debe ser maestro de sí mismo con honestidad sincera y verdadera. 

Dependiendo de la posición en la que aparezca esta carta, nos puede sugerir que seamos maestros de alguien o que nos apliquemos a nosotros mismos esas enseñanzas que tan bien sabemos dar a los demás. Es hora de enfrentarse con la verdad de los argumentos y no de quedarse meramente en el poder de la oratoria.

miércoles, 23 de marzo de 2011

8 - EL SEDUCTOR

EL SEDUCTOR nos remite al signo zodiacal de Escorpio y al planeta Plutón.

Una característica de esta carta es la fascinación y el fanatismo.

Con la fascinación uno puede quedar prendido a ideas no demasiado reales, y con el fanatismo puede llegarse a la obsesión. Por tanto, la carta puede estar advirtiendo de ese peligro. Con esta carta se puede estar diciendo que la persona está dominada por un pensamiento o sentimiento demasiado obsesivo que le hace no ver la realidad e ir en pos de una imagen ideal pero no necesariamente real.

Fíjate en la figura. Nos muestra una flor hermosa. No es que la flor no lo sea, pero deberíamos poner atención en el fuego que la ilumina para así poder ver con toda claridad, además de sus pétalos suaves y aterciopelados, las espinas que también esconde su tallo.

Salir de la obsesión, de la irrealidad, se hace necesario. Y para ello lo mejor es aplicar la luz del conocimiento.

No hay que dejarse embaucar. A veces deseamos tanto las cosas que no las contemplamos en todos sus verdaderos aspectos, y nos lanzamos a decisiones de las que podemos arrepentirnos luego. 

No te quedes en lo externo, y permítete sentir y experimentar la realidad, así como aplicar un conocimiento lúcido en vez de uno lleno de hermosos fuegos artificales destinados a dejar de iluminar tras un breve periodo de tiempo.

sábado, 19 de marzo de 2011

San José

En el año 2008 publiqué una entrada dedicada a San José, que hoy, aprovechando su celebración, decido volver a traer a esta página para meditar una vez más sobre esta interesente y amable figura.

La Iniciativa en San José

Ya en mi juventud me gustaba la figura de San José. Y a él he acudido varias veces en ayuda; que, por cierto, me brindó. Es alguien a quien quiero mucho y por eso hoy me gustaría hablar algo de él.

Para mí San José es, entre otras muchas cosas, un gran maestro de fe, de acción y de propia iniciativa.

¿Por qué? Tal y como se nos habla de él en los Evangelios, parece que nos encontramos con alguien al que le suceden cosas que no acaba de entender y para las que busca explicación. Una vez valoradas las cosas se pone en acción; es decir, no reacciona sino que actúa.

En primer lugar, descubre que la mujer que va a ser su esposa está esperando un hijo, y él, después de mucho meditar, lo acepta. ¿Lo acepta por fe? Yo diría mucho más, lo acepta por amor: amor muy grande, amor a María, amor a quien viene, amor a la vida. No se opone. Es precisamente cuando busca una salida a esta difícil situación cuando, en sueños, se le explica que no debe temer ni sospechar de María, que lo concebido en ella es fruto del Espíritu Santo. Y lo acepta.

Probablemente, el matrimonio haya tenido que vivir bajo sospecha, pues los vecinos albergarían ciertas dudas; pero él continúa con el compromiso adquirido. Y salva a su hijo y a su mujer cuando ha de hacerlo.

Se nos dice que hubo de huir. No debió de ser fácil tener que buscar nuevos caminos, pero lo hace. Y cuando, una vez más, en sueños se le indica que puede regresar, acepta el consejo, pero (y eso es lo que llama poderosamente mi atención) lo pone en práctica una vez añadida su propia iniciativa. Decide dónde desea él establecerse; y confía en que su criterio será bien recibido por el Cielo.

San José, además de dejarse guiar, en mi opinión también aporta su propia iniciativa. Con el máximo respeto al cielo y a la tierra. Al fin y al cabo, si Dios lo había creado, parece lógico que San José también pensara que le había otorgado, asimismo, herramientas de raciocinio más que válidas para ponderar las cosas y ponerlas por obra.

Y Dios le ayudó. Muy probablemente porque, como dice el Evangelio, era bueno y honraba a su Creador creyendo en los dones que Él mismo le había otorgado.

Me gusta mucho San José. Es un hombre con dudas, que se hace preguntas, pero que, por encima de todo, busca el bien y actúa en consecuencia. Sin duda, tiene mucho que enseñarnos, y a mí me gusta aprender.

jueves, 17 de marzo de 2011

X - CAMBIO

La Carta número X del Tarot Zen de Osho nos habla del CAMBIO,  una carta deseada a veces pero que causa inquietud en otras ocasiones.

¿Cómo puede permanecer estable la persona a pesar de los posibles bandazos de la vida? Existe una forma, y es el entrenamiento en aprender a diferenciar los acontecimientos externos de la esencia interna.

Para Osho, la mejor manera de acertar en el manejo de los cambios es permanecer en el centro de la rueda en vez de dejarse arrastrar hacia la parte exterior. El centro permanece estable, mientras que, a medida que uno se aleja de él, uno corre el riesgo de marearse.

Permanecer centrado es tan importante para los buenos momentos como para los malos; no hay que olvidarlo. El cambio trae nuevas experiencias y la mejor manera de vivirlas es permaneciendo en el ojo del huracán y no fuera de él.

lunes, 14 de marzo de 2011

Por qué negarse a la consciencia


El hombre niega la consciencia porque le cuesta asumir el dolor.
Prefiere, por tanto, ser inconsciente para no tener que asimilar 
el dolor real causado por sí mismo.


miércoles, 9 de marzo de 2011

X - LA RUEDA DE LA FORTUNA

LA RUEDA DE LA FORTUNA, la carta número X de los Arcanos Mayores en la baraja Rider Waite, nos hace pensar en cambios. La vida se asemeja a una rueda que da vueltas. Unas veces nos encontramos arriba, otras abajo, otras en el lado derecho y, a veces, en el izquierdo; pero lo que nos aconseja es que estemos preparados para un cambio.

Ante esta palabra el ser humano suele asustarse porque, con esa manía que tenemos, solemos pensar que el cambio puede ser fuente de problemas, pero ¿por qué? El cambio es la esencia misma de la vida. De hecho cuando nada cambia mínimamente, se cierne la sombra del aburrimiento.

El cambio nos da miedo porque implica adaptación, y uno no suele estar seguro de obtener éxito en las nuevas pruebas.

Pero el cambio forma parte de la vida y es bueno tenerlo presente y estar preparado para aceptarlo.

Como vemos, esta carta es un Arcano Mayor y suele sugerir que el cambio que se avecina ha sido decretado por los Cielos, así que es importante emplearlo para nuestro bien pues debe de tener una gran importancia para nuestras vidas y las de los demás, puesto que todo lo que nos afecta a cada uno, de alguna manera termina por afectar a todo el universo.

En cuanto a la bondad o dificultad de este cambio, puede venir determinada por las demás cartas que acompañen la tirada. No tenemos que olvidar que las cartas deben leerse en un conjunto, a no ser que estemos utilizando una tirada de una carta, con la cual, si deseamos una mayor información habría que volver a consultar pidiéndola.

viernes, 4 de marzo de 2011

ÉTICA EN EL EMPLEO DE LAS CARTAS


Últimamente proliferan mucho los canales televisivos enfocados a consultas de Tarot. Sin entrar en más consideraciones sobre esta proliferacion, me gustaría comentar algo que sucedió en uno de estos canales. Una consultante quería saber si había posibilidades amorosas con un determinado caballero o no. La tarotista le indicó que se olvidara del tema porque no había futuro en esa relación. Ante esta respuesta la consultante siguió preguntando y quiso saber si el caballero en cuestión estaba con otra mujer; a lo que la tarotista le dio una contestación; y nuevamente la consultante quiso indagar aún más y ver si podía averiguar con quién estaba aquel hombre.

Bien, en mi opinión aquí se hicieron varias preguntas ilícitas. Me explico. Es lógico que quien consulte quiera saber un montón de cosas, pero creo que el profesional también está ahí, además de para traducir el lenguaje de las Cartas, para poner los límites. Honradamente creo que no debió contestar a la segunda pregunta y debería haberle hecho ver a la consultante que si aquel hombre no era para ella, no tenía derecho a meterse en su vida.

Hace tiempo, hice una consulta para alguien y caímos en el error de querer seguir indagando. Entonces, ante una determinada pregunta, sentí en mi interior un pensamiento muy tajante y que no parecía provenir de mi. Esa voz-pensamiento dijo claramente: "No tienes derecho a hacer esa pregunta". Me quedé muy impactada y decidí hacerle ver a quien pedía la consulta lo que estaba pasando y lo que había sentido. Inmediatamente, la consultante, una persona sabia y muy razonable, se dio cuenta de que así era; que determinadas preguntas no hay que hacerlas. Tan razonable fue esta persona que sentí mucha compasión porque ante aquella rotunda frase, la consulta quedaba con un cierto mal sabor de boca; entonces pedí si podíamos hacer una pregunta más, en esta ocasión razonable, para que quien buscaba ayuda pudiera obtenerla; y entonces sentí un: "De acuerdo". Y así fue con gran agradecimiento por nuestra parte; la mía y la de quien buscaba consejo.

Creo importantísimo saber qué se puede preguntar y qué no se debe preguntar. Los límites de la ética son fundamentales en esta tarea, y no me cansaré de repetirlo.