lunes, 30 de abril de 2012

20 - MNEMOSYNE

Una gran tarea que tiene el ser humano y que parece olvidar con frecuencia o saltársela por resultar demasiado obvia, es conocerse a sí mismo. La carta llamada Mnemosyne, nos invita al recuerdo para conocernos; viajar a la profundidad de nuestros recuerdos y descubrir aspectos que teníamos muy bien ocultos. Por supuesto, recordar implica también recordar acontecimientos que afectan a otros, y, por tanto, nadar entre diferentes personalidades, pero sin olvidar que de lo que se trata es de traer a la memoria asuntos que puedan ayudar a resolver la actual situación.


Nuestra figura se muestra entre la noche y el día. La noche que nos habla de aquello que está oculta pero que debe de salir a la luz para resolver la situación que pueda estar viviendo el consultante. El día nos muestra los sucesos ya iluminados; incluso las emociones representadas por el río consiguen salir a la luz y ser, por tanto, reconocidas.


Recuerda; no para quedarte anclado en tus recuerdos, sino  para comprender las reacciones ante determinados sucesos y poder así seguir avanzando; sin rencores pero con una claridad de pensamiento y emoción que no impida el desarrollo al que todos estamos llamados.

lunes, 23 de abril de 2012

Las Voces de los Maestros

Desde hace tiempo entiendo que no todos tenemos iguales creencias, y, por tanto, no resulta fácil hacer comprender diversos mensajes a todos según las creencias que cada cual asuma; pero sí tengo muy clara una cosa; que, independientemente de dogmas o verdades aceptadas, existe una valoración hacia todo lo que me llega en base a algo que considero fundamental: saber si esa vía que se me abre me hace mejor o peor persona; y esa idea es la que intento seguir como un buen timón hacia lo correcto. Para mí, aquello que nos hace mejores no puede ser malo.

Toda esta reflexión la hago para poder transmitir algo que me ayuda, pero que muchas veces podría estar en contra de determinadas formas de entender la religión. 

Hace ya bastante tiempo, tuve la oportunidad de conocer a personas que decían comunicarse con los Maestros. Por Maestros entendí que se trataba de Seres Espirituales muy avanzados que, entre otras cosas, nos ayudan. Luego, buscando por Internet y por diversos libros y oráculos que me salían al paso, vi que existen los llamados Maestros Ascendidos, a los que varias personas les dan nombres determinados y concretos. 

¿Qué idea tengo yo sobre estas cosas? Me parece que los seres humanos vivos en un momento determinado del tiempo no son los únicos "habitantes" del Universo, ni mucho menos. Creo en un Dios creador que ha traído a la vida muy diferentes seres. Dependiendo de cada religión, esos seres se catalogan de una u otra manera; en el ambiente cristiano sabemos de ángeles,  por ejemplo, y de su diversidad: arcángeles, serafines, querubines, y un largo etc.

Además pienso que puede haber otro tipo de seres espirituales, bien porque fueron creados así, bien porque evolucionaron hasta alcanzar ese estado. Esos seres espirituales que son superiores pueden comunicarse, ¿por qué no? La cosa es detectar qué tipo de comunicación están ofreciendo y de dónde proviene. No sólo existe la comunicación verbal o visual, sino que a través de múltiples señales se puede establecer la comunicación. Así, por ejemplo, uno no tiene que escuchar de su pareja la expresión "te amo" para saber de ese amor si al abrir la puerta de casa se encuentra sonando la música que a uno le gusta y un bonito ramo de flores. 

A través de sentimientos, encuentros aparentemente casuales pero que son respuesta a una petición lanzada desde lo más recondito de nuestros corazones, pueden estar "hablándonos".

Como he dicho, me refiero a Seres Espirituales Avanzados, y que por eso son considerados Maestros; pues, además de haber conseguido un grado de sabiduría muy elevado, la enseñan a quienes se encuentra en otros estadios evolutivos.

Muchas veces no importa el nombre que tengan o poder determinar su aspecto, sino su mensaje; y la pregunta crucial que, a mi juicio, todos deberíamos hacernos es: ¿Lo que dicen me hace mejor y nos beneficia a todos o no? Si la respuesta a esta pregunta es afirmativa, creo que escucharlos puede abrirnos muchas puertas a nuestro crecimiento.

En el libro de Júlia García Cervera, titulado "Unas horas de Luz" y publicado por Editorial La Plana se ofrecen esos mensajes de los que hablo. Por eso recomiendo vivamente su lectura porque creo que, tras leerlos múltiples veces, y meditarlos en profundidad, podemos ser mucho mejores personas. Entonces ¡cómo no voy a animar a leerlo!



jueves, 19 de abril de 2012

Interrelacionados con el mundo

Solemos pensar que lo que hacemos sólo nos afecta a nosotros, sin darnos cuenta de que emitir una sonrisa o dejar de hacerlo puede tener una gran repercusión en quien está a nuestro lado. Tenemos una enorme responsabilidad que no deberíamos soslayar.

Las siguientes palabras de Alejandro Jodorowsky en este sentido creo que aportan gran claridad y merecen la pena ser leidas.

"Creyendo que la sangre que corre por sus venas es sólo suya, y no de la humanidad, la ensucia con toxinas y drogas. Miente para lograr egoístas placeres sexuales o notoriedad. Se siente un héroe de película porque sólo habla con frases hirientes y negativas. Envenena su mente con ideas locas... Autodestruirse significa tambén destruir el mundo, al otro. Lo que él se hace nos lo hace a nosotros. Lo que él se niega, nos lo niega. El mayor defecto de un ser humano es no elevar su nivel de Consciencia".

Alejandro Jodorowsky, Cabaret místico

domingo, 15 de abril de 2012

19 - EL ABORTO

La carta llamada El Aborto en El Symbolon nos habla de un duro sacrificio. Algo se sacrifica de manera injusta o algo debe de ser sacrificado.

Cuando hablamos de sacrificios hablamos también de inhibiciones, limitaciones, falta de libertad. Si nos fijamos en el bebé está envuelto en vendas, de tal manera que todo movimiento le es impedido. No puede hacer nada sino dejarse sacrificar.

Por otra parte, la mujer que realiza el sacrificio también ha suprimido su instinto maternal por la realización de un sacrificio que considera más necesario. ¿Pero realmente era necesario? Pudiera ser que crea obtener un bien mayor si realiza el sacrificio, pero ¿merece la pena?

Es verdad que el sacrificio forma parte de la vida, pero un sacrificio voluntario y con medida, no uno que anula el fondo profundo de lo humano.

Esta carta nos hace replantearnos muchas cosas. ¿Hemos sido sacrificados en aras de un bien mayor? ¿Hemos consentido el sacrificio? ¿Lo hemos llevado a efecto? Como en todas las cartas, no hay una única respuesta; sino que todo depende del momento. Ahí está el desafío del ser humano, saber entenderlo de la manera apropiada en el momento justo, pero ¿seremos capaces de hacerlo?


lunes, 9 de abril de 2012

La lluvia y la Semana Santa

Ya de vuelta de las vacaciones, me gustaría traer a la reflexión algo que ha sucedido en ellas. 

Llevamos mucho tiempo arrastrando una sequia que hace que, incluso aquellos que menos gustan de este fenómeno, lleguen a anhelarlo. Daba pena ver los campos secos y las cosechas perdidas, por no hablar de esa escasez de agua que afecta incluso al propio ánimo. Y entonces llega la época de Semana Santa; un tiempo en el que muchos desean disfrutar de unas vacaciones al sol e incluso dándose algún que otro chapuzón en la playa. También los hay que, siguiendo la tradición, esperan con ilusión ver salir el paso de Semana Santa de su devoción en las diversas procesiones que se celebran por toda España. Y ¿qué ocurre entonces? ¡Que llueve!

Por fin, tras meses de sequía, el cielo descarga agua por aquí y por allá, sin tener en cuenta la fiesta de muchos.... O quizá precisamente por eso. Sí, porque me pregunto si acaso no habremos sabido ver las bendiciones que aportó esta anhelada lluvia y nos quedamos sólo en los obstáculos para nuestra felicidad momentánea. Es verdad que si no hubiera llovido, quienes buscaron playa habrían disfrutado de muchos mejores baños de lo que realmente sucedió; también es cierto que sin lluvia muchas procesiones no se hubieran anulado y los lloros de muchos cofrades no habrían existido (al menos por esa razón, dando paso únicamente a los provocados por la emoción). Pero, ¿qué ocurre? ¿Estamos tan ciegos que preferimos sacrificar un beneficio a la larga por un placer momentáneo?

Creo que no supimos ver la bendición del cielo en forma de agua, y me pregunto si no sucederá eso mismo con la muerte de Cristo, que nos quedamos en el drama y no sabemos trascender sobre los beneficios; que nos quedamos en la Pasión y no sabemos contemplar y vivir la Resurrección. ¿No será hora de que aprendamos a hacerlo? ¿No aprenderemos nunca a desprendernos de la tristeza y de la queja del momento para vivir la plenitud de la vida bendecida por Dios?