Por fin lo has aprendido, puede que te haya llevado mucho tiempo; puede incluso que en alguna ocasión vuelvas a caer en la desesperanza; pero intenta grabártelo en la memoria: sabes renacer de tus cenizas.
El Ave Fénix se eleva sobre las ruinas del incendio de las pasiones, de los agravios, de los rencores; el Ave Fénix puede que haya sufrido tanto que casi pareciera que había claudicado; sin embargo, ha conseguido alzarse de su tristeza, de su sensación de abatimiento por haber creído ser vencido; pero no, nadie puede vencerlo porque dentro de sí tiene la fuerza de la Vida que le entregó la Divinidad.
Ya lo dijeron los sabios: "Está permitido caerse; lo que no se permite es permanecer caído y no levantarse". Y tú ya lo has aprendido. Sabes que siempre se puede alzar el vuelo totalmente transformado y renovado con la fuerza vivificante del conocimiento y de la propia esencia de la Vida.
Cuando te sientas abatido y creas que no hay salida, trae a tu memoria la imagen de esta carta, y las múltiples situaciones que ya has vivido en las que creías no encontrar la salida. El milagro siempre está al alcance de la mano, aunque para ello haya que atravesar primero un duro campo de entrenamiento.