jueves, 27 de mayo de 2010

El Tarot y el Ajedrez


A veces me resulta difícil hacer entender lo que para mí es el Tarot, así que pensando en formas de explicarlo, se me ocurrió una comparación que bien pudiera ser de utilidad. Y en esta comparación el Ajedrez va a ser el protagonista.

No es una innovación por mi parte comparar la visión general de la vida con un tablero de ajedrez, así que vamos a adentrarnos en esta idea y estudiarla poco a poco. Un tablero de ajedrez está dividido en ocho filas y cada fila además en ocho cuadrados (escaques) de color blanco unos y negro los otros. Además tenemos las figuras de ajedrez (también blancas unas y negras otras) con una diferente personalidad y por tanto con diversas habilidades; no todas las figuras pueden moverse de igual manera, ni mucho menos, sino que todo depende del papel que les ha tocado desempeñar.

Bien, ¿y qué tiene que ver todo esto con el Tarot?, se preguntarán algunos. Pues, en mi opinión, mucho. Vamos a ello.

Imagínate que eres una figura de ajedrez, cualquier figura. De entrada, ¿qué es lo que ves cuando te sitúan en el tablero? Sin duda alguna, lo primero que salta a la vista es tu propio cuadrado, aquél donde has sido colocado. Si tienes curiosidad, también puedes dirigir la mirada a los cuadrados que limitan con el tuyo. Si además tienes una cierta altura, o bien eres bajito como los peones pero estás bien situado para compensar tu aparente limitación, puedes ver alguna fila más por delante; pero, seas la figura que seas, será muy difícil que consigas tener una perspectiva completa del tablero, así como de la disposición y los posibles movimientos de todas las demás figuras que componen el juego. Sí, estás pensando que grandes jugadores como Kaspárov, Karpov o Fischer por supuesto que son capaces de ver el tablero en perspectiva y con anticipación, pero te diré que no enteramente, si fuera así, siempre ganarían; y, además, te recuerdo que ellos son quienes manejan las figuras, no son las figuras en sí.

En mi opinión, el único que ve el tablero completo porque lo ha creado es Dios (le llames como le llames); los demás podemos ir viendo espacios poco a poco, pero no en su totalidad. Y eso hay que aceptarlo. Con el Tarot no vas a c
onseguir una visión completa, pero sí un avance. Puede que veas la fila siguiente a aquella donde te encuentras; o puede incluso que veas dos filas más allá; pero siempre tienes que tener en cuenta que existen más filas que tú no alcanzas a ver y que a través del Tarot tampoco te las van a mostrar porque no sería bueno para ti. Viendo alguna fila de más puedes conseguir meditar y valorar lo que estás haciendo y si te parecen adecuadas las posibles consecuencias, pero no debes asegurar que ese paso que te están permitiendo valorar sea el definitivo.

Además, por otro lado, supongamos que consigues ver lo que hay en la segunda flia; aún así, nadie te asegura que el resultado al final del tablero haya sido positivo o negativo puesto que en la tercera fila las cosas podrían modificarse e incluso contradecir lo que se veía en la segunda. Entonces, estarás pensando, ¿qué utilidad tiene el Tarot si puede llevarme a una contradicción? Para mí la respuesta es que gracias a explicarme con claridad esa linea segunda, puedo tomar decisiones con una mayor profundidad, y en vez de buscar resultados concretos y definitivos puedo valorarlos de una manera más adulta.

No olvides nunca el gran regalo que Dios nos dio: la libertad; y la libertad implica una enorme responsabilidad. Para poder sobrellevar esa carga de responsabilidad, el Tarot puede p
roporcionarnos una excelente ayuda, pero una ayuda limitada y no totalmente definida. Es importante tener esto muy en cuenta a la hora de acudir a estas cartas para nuestra ayuda o no hacerlo para lo mismo, puesto que no todos somos iguales y cada uno opta por lo que considera mejor para uno mismo.

El Tarot nunca está por encima de Dios, ni mucho menos; me gusta considerarlo más bien como un regalo suyo para orientarnos pero sólo eso: una orientación que nos lleve a profundizar en la importancia de nuestros actos, pero no un instrumento que nos convierta en simples marionetas sin discernimiento. Ya lo dijo Jesús cuando le preguntaban sobre cuándo sería el fin del mundo: "Eso sólo el Padre lo sabe". No pretendas conocerlo tú, ni mucho menos.


jueves, 20 de mayo de 2010

Seis de Oros y Seis de Copas en el Tarot Rider Waite.- Meditando con las Cartas del Tarot

Llegamos al Seis de Oros de la baraja Rider Waite. El diseño nos muestra a una persona adinerada distribuyendo sus riquezas entre algunos menesterosos. ¿Te has fijado en la balanza que lleva el hombre rico en su mano izquierda? Vamos a detenernos un poquito en este detalle, pero hagámoslo con calma.

El primer punto a tener en cuenta sería esa división de papeles entre el hombre rico y los dos pobres que reciben sus dádivas; es decir, entre quien da y quien recibe; y de eso precisamente trata esta carta: de dar y de recibir. Pero ¿es correcto que uno siempre dé o siempre reciba?; ¿no sería más lógico actuar unas veces dando y otras re
cibiendo? Y ahí es donde habría que señalar la importancia de la balanza.

La balanza podría sugerirnos dos puntos muy importantes. En primer lugar, y enlazando con lo esbozado anteriormente, la balanza nos podría estar hablando de ese equilibrio necesario entre dar y recibir. Este equilibrio es fundamental; es bueno aprender que es tan importante lo uno como lo otro, y que, por lo tanto, ambas actitudes deben practicarse por igual.

Por otra parte, la balanza también podría sugerirnos el dar de manera sabia y controlada, y ¡por qué no! también recibir de igual manera. A veces damos tanto o recibimos tanto que caemos en la injusticia. Hay que saber administrar los recursos de la mejor manera posible para que no se echen a perder.


En cuanto al Seis de Copas, resulta una imagen verdaderamente entrañable. Vemos a dos niños en un entorno acogedor, rodeados de edificios que sugieren escenas hogareñas, copas llenas de hermosas flores; los niños, además, con sus prendas de vestir sencillas y y por el hecho de ofrecerse regalos, nos transmiten un sentimiento agradable. ¿Qué te dice a ti esta imagen?

Pudiera estar hablando de muchas cosas, entre ellas de la inocencia. El niño, al ofrecer las flores a la niña, lo hace por puro afecto; no hay ninguna segunda intención, sencillamente le sale del alma compartir y regalar. La niña a su vez mira con devoción a su amigo; confía en él, se siente segura. Los dos están en su pueblo, rodeados de casas de vecinos que los conocen y los quieren; entre las casas también están las suyas propias: no hay nada que temer.

La nostalgia del hogar. La nostalgia de la inocencia en nuestras vidas. La nostalgia de la seguridad. ¿Es necesario recuperar ese sentimiento en ti? O por el contrario, ¿vives demasiado en la inocencia de "cualquier tiempo pasado fue mejor"? Ése es tu trabajo: descubrir qué podrían estar sugiriéndote a ti estas imágenes para tu mejora personal y, por tanto, la mejora del entorno en el que te encuentras.


miércoles, 12 de mayo de 2010

Cuando tú mismo contribuyes a forjar un infierno


Es verdad que en muchas ocasiones las situaciones difíciles nos desbordan, ¡qué duda cabe!; pero no es menos cierto que en otras muchas circunstancias somos nosotros mismos los que contribuimos a agrandar los problemas en vez de a ponerse a trabajar en las soluciones. Este fragmento de una charla de Osho me pareció muy revelador, y he considerado oportuno traerlo aquí para vuestra consideración. El fragmento está extraido del El Libro de los Secretos, con conferencias de Osho y publicado por la Editorial Gaia.

Recuerda, y analiza tu propia vida. ¿Has tomado en consideración los momentos felices, las alegrías, las satisfacciones, los vislumbres dichosos? No los has tenido nada en cuenta, pero has tenido muy en cuenta tu dolor, tu sufrimiento, tu desdicha, y sigues acumulando. Eres un infierno acumulado, y esto es tu propia elección. Nadie más te está forzando a estar en este infierno; es tu propia elección. La mente toma lo negativo, lo acumula y se vuelve negativa ella misma. Y entonces es una desdicha que se perpetúa a sí misma. Cuanto más cosas negativas tienes en la mente, más negativo te vuelves, y más cosas negativas se acumulan. Lo similar atrae a lo similar, y esto ha sido así durante vidas y vidas. Te lo pierdes todo debido a tu enfoque negativo.
(...)
Todo es tan solo una ventana. Si te identificas con un dolor, estás mirando por una ventana, y la ventana del dolor, del sufrimiento, sólo se abre hacia el infierno. Si te haces uno con un momento satisfactorio, un momento dichoso, un momento extático, estás abriendo otra ventana. La existencia es la misma, pero tus ventanas son diferentes.
(...)
Ves a un amigo, y te sientes feliz; te reúnes con la persona a la que amas y te sientes feliz: cristaliza esto. Sé feliz en ese momento, y convierte esa felicidad en una puerta. Entonces, estás cambiando la mente, y empezarás a acumular felicidad. Tu mente se volverá positiva, y el mismo mundo parecerá diferente.

El cuadro es de Bartolomé Esteban Murillo y se titula
Dos mujeres en la ventana, extraido de culturageneral.net

jueves, 6 de mayo de 2010

Cinco de Arco Iris y Cinco de Agua en el Tarot Zen de Osho.- Meditando con las Cartas del Tarot

En artículos anteriores hemos podido ver como los diferentes Tarots abordan la misma o parecida cuestión desde una perspectiva algo distinta o con variaciones de matices que enriquecen las lecturas. Así, el Cinco del Arco Iris que nos presenta el Tarot Zen de Osho, con las bellas ilustraciones de Ma Deva Padma, ahonda desde una óptica algo diferente pero muy valiosa en el significado del Cinco de Oros del Tarot Rider Waite. Aquí la carta recibe el nombre de EL EXTRAÑO.

¿Recuerdas la imagen del Cinco de Oros del Rider Waite? Allí veíamos a unos mendigos alejándose de un lugar de riqueza. Aquí contemplamos a un niño ante una puerta cerrada. El niño mira a través de la reja, quiere entrar pero se ve demasiado pequeño para abrir una puerta cerrada. Eso le hace reflexionar, valorar lo que de verdad desea, curiosear... Pero, fíjate bien, ¿resulta tan imposible que este niño pueda entrar en el paraíso? No; al contrario, si se detuviera un momento a considerar las opciones que tiene, comprobaría que la cadena está rota, así que, con sólo dar un tirón podría acceder a ese mundo que tanto le inspira y para el que se siente totalmente incapaz.

¿Te ves tú reflejado en esta historia? ¿Cuántas veces te has puesto frenos tú mismo? ¿Cuántas veces no has hecho el esfuerzo que se te pide si en realidad deses algo? Es lógico que no te lo pongan todo tan fácil; debe haber un pequeño desafío que te haga considerar tus verdaderos deseos y no basarte sólo en la facilidad o no para obtenerlos. ¿Estás dispuesto a dar ese pequeño empujón que se te está pidiendo?

Y si con la anterior carta buscábamos el equivalente en el Rider Waite, vamos a hacer lo mismo con el Cinco de Agua del Tarot Zen de Osho, llamada APEGO AL PASADO. En el Rider Waite, el Cinco de Copas nos mostraba una figura entristecida por las copas que había perdido, sin ojos para las que quedaban en pie. En el Cinco de Agua se nos muestra una figura tan sobrecargada por todos los recuerdos y emociones del pasado, que no es capaz de ver cómo su vestido está ya raído de tanto usarlo, ni tampoco es capaz de dirigir la mirada por encima de tanto recuerdo para ver la hermosa copa que brilla hasta producir estrellas.

El pasado nos trae enseñanzas, vivencias, pero... si sólo miramos en esa dirección, no sólo no podemos disfrutar del presente sino, incluso, ante tal negligencia pasiva podríamos estropearlo. La vida tiene que fluir, no se trata de acumular sino de VIVIR.

¿Te está impidiendo tu pasado valorar y disfrutar el presente? Medita y no permitas que las cargas que arrastras oscurezcan tanta belleza.