Según el diccionario de la Real Academia, se entiende por mancia la adivinación o la práctica de predecir. Existen diversos instrumentos para llevar a efecto estas prácticas, tales como el I Ching, el Tarot, así como diferentres oráculos. Pero a mí me gustaría matizar algo muy importante. Más que de predicción me gusta hablar de una cierta anticipación para recibir consejos adecuados a las probabilidades de alguna que otra situación. Es decir, a mi no me gusta tanto hablar de "adivinación" sino de "cálculo de probabilidades" basado en una visión un poco más abierta.
Gertrude Hisrschi, en sus cartas
basadas en los Mudras, dice algo que me resulta muy interesante para
comprender este tipo de consultas tal y como yo lo entiendo y que, además de eliminar el miedo enfermizo a la adivinación exacta, nos permite adentrarnos en valoraciones más amplias para hacernos pensar más que para señalarnos caminos inamovibles.
Dice Gertrude Hisrschi:
El destino no está en nuestras manos, pero creo que sí podemos buscar las mejores opciones después de sopesarlas, conociéndonos sobre todo a nosotros mismos.
Dice Gertrude Hisrschi:
“Rara vez pregunto lo que me depara el futuro: me limito a indagar qué me puede enseñar una situación en particular, cuál puede ser la mejor solución y dónde encontrarla, y sobre todo en qué puedo contribuir yo para resolver el problema, ya sea modificando mis actitudes internas o bien cambiando mis acciones externas (o incluso evitando entrar en acción)”.
El destino no está en nuestras manos, pero creo que sí podemos buscar las mejores opciones después de sopesarlas, conociéndonos sobre todo a nosotros mismos.