"No pienses que Dios Padre ama más a unos que a otros.
Os ama a todos por igual.
Por supuesto, desea vuestra mejora espiritual,
pero tal como sois os ama a todos por igual:
al malvado y al virtuoso.
Él los ha creado a todos y ve su esencia
y la bondad a la que están destinados.
Este pensamiento te hará más fácil amar
y comprender a quien consideras menos digno".