Resulta sumamente curioso que al pensar en la posiblidad o incluso probabilidad de que hayamos vivido otra múltiples vidas en diversas épocas, da la impresión de que una gran parte de las personas que se cuestionan la reencarnación parecen interesadas en descubrir los posibles abusos sufridos en anteriores vidas, y sin embargo no se paran a pensar en la inquietante pero bastante probable posibilidad de que también cada uno de nosotros además de haber sido víctimas hayamos contribuido con actos crueles propios de verdugos.
Digamos que cada vez me parce más lógica la idea de que exista la reencarnación, pues creo muy difícil que un ser humano pueda aprender todo lo que debe de interiorizar en el escaso tiempo de una sola vida. Y sí, no creo que siempre hayamos sido buenos -suponiendo que lo seamos ahora-, sino que también me parece sumamente lógico que aflorara nuestra maldad. Al fin y al cabo vivimos dentro de esos dos polos opuestos: el bien y el mal; y la cuestión está en entresacar el bien, pero para ello, a veces damos múltiples rodeos.
Tener bien presente la posibilidad de nuestra anterior maldad, o más que maldad, la práctica de una ignorancia abrumadora que nos conduce a la maldad hasta que surge la sabiduría, me parece una enseñanza muy provechosa, pues despierta nuestra compasión por esa devastadora ignorancia.
Júlia García, desde su blog que recomiendo vivamente llamado "Unas Horas de Luz", nos hace reflexionar sobre muchos aspectos de esa vida interior y espiritual que tanta falta nos hace y que tanto parecemos desconocer. Y en su blog pude leer un texto que aborda esta cuestión desde una profundidad que merece la pena ser leído. Aunque Júlia me ha dado su permiso para reproducir el texto, prefiero dejar aquí el enlace y que seáis vosotros los que bucéeis en sus textos del que entresaco éste titulado "Despertar Espiritual". Si pincháis en el enlace que dejo a continuación podréis leerlo. Espero que os sirva de mucho provecho como me sirvió a mí.