domingo, 27 de abril de 2014

74 - EL SALTO CUÁNTICO

A veces nos empeñamos en vivir la vida como siempre la hemos vivido, así como en resolver los problemas de la manera que siempre los hemos resuelto. Pero lo cierto es que el proceso de la vida implica cambios y nuevas aspiraciones, y por tanto deben iniciarse también nuevos caminos. Y así llegamos a esta carta, para recordarnos que en determinados momentos lo que de verdad hay que hacer es dar el SALTO CUÁNTICO. Un salto totalmente distinto, sin mapas previos, un salto de fe que implica un cambio de paradigma.

Fíjate que esta carta tiene muchas semejanzas con la conocida como El Loco o El Bufón, pero existen diferencias. Aquí ya no se trata necesariamente de la inocencia y la falta de conocimientos de El Loco, sino de alguien que sabe que existen más niveles en la vida y que ha llegado el momento de lanzarse a descubrirlos a partir del conocimiento adquirido, pero no cautivo de él.

El salto cuántico puede darnos miedo, y es lógico que sea así, pero es la única manera de avanzar y progresar cuando los límites han quedado ya demasiado estrechos y obsoletos. Mirar las cosas con nueva perspectiva, desde un lugar más elevado puede hacernos parecer extraños a los ojos de los demás; pero aunque esto sea así, no hay que dudar; al fin y al cabo también esos "demás" habrán de dar este mismo salto en el momento adecuado.

lunes, 21 de abril de 2014

La llamada

Desde niña me llamó siempre la atención este texto bíblico en el que se relata la vocación de Samuel. Hoy he querido transcribirlo aquí para que tengamos siempre en cuenta la llamada y la respuesta.

El joven Samuel estaba al servicio del Señor  con Elí. La palabra del Señor era rara en aquel tiempo, y no eran frecuentes las visiones.

Un día, estaba Elí recostado en su habitación. Sus ojos empezaban a apagarse y no podía ver. 

La lámpara de Dios todavía no se había apagado. Samuel estaba durmiendo en el santuario del Señor, donde se encontraba el Arca de Dios. 

El Señor llamó a Samuel:

-¡Samuel! ¡Samuel!

Él respondió: 

"Aquí estoy".
 
Fue corriendo adonde estaba Elí y le dijo: 

-"Aquí estoy, porque me has llamado". 

Elí respondió: 

-"No te he llamado; vuelve a acostarte".

Y Samuel fue a acostarse.
 
Pero el Señor lo llamó otra vez:

-¡Samuel!

Samuel se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: 

- "Aquí estoy, porque me has llamado". 

Respondió Elí: 

-"No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte". 

Samuel no conocía todavía al Señor. No se le había revelado aún la palabra del Señor.
 
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel:

-¡Samuel!

Él se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: 

-"Aquí estoy, porque me has llamado". 

Comprendió entonces Elí que era el Señor quien llamaba al joven, y le dijo: 

-"Ve a acostarte, y si te llaman, dices: "Habla, Señor, que tu siervo escucha".  

Samuel fue y se acostó en su sitio.
 
Vino el Señor, se acercó, y lo llamó como las otras veces: 

-"¡Samuel, Samuel!"

Samuel respondió: 

-"Habla, Señor, que tu siervo escucha".


1 Sm 3, 1-10


lunes, 14 de abril de 2014

La Providencia es Dios en acción


¡Ayúdanos, Señor!
¡Te necesitamos tanto!


* Esta figura tan hermosa se encuentra en el Cerro de los Ángeles, Getafe, Madrid

La Semana Santa nos confronta ante los problemas del Calvario y su superación con la Resurreción. Me gustaría compartir con vosotros un texto de Vicente Ferrer Moncho, en su libro El Encuentro con la realidad, que me parece muy ilustrativo para comprender el camino del dolor y su superación. Aquí os lo dejo.

"Así que queda demostrado que bajo la identidad de la Providencia, Dios interviene en el desarrollo y el desenlace de nuestras vidas. Él es un actor más en el mundo, un actor muy especial que actúa para que todo salga bien, si no hoy, mañana, pues todo tiene su proceso. Sólo que tenemos que abrir bien los ojos porque tal vez ni siquiera nos demos cuenta de este hecho".
"LLegados a este punto, muchos se alzarán ante esta afirmación, especialmente aquellos que sufren; aquellos que en lugar de ayudados, se sienten fastidiados, "dejados de la mano de Dios"; aquellos que se sienten perdedores. Estas personas tienen derecho a quejarse. Tienen toda la razón".
"Pero no nos podemos quedar atascados aquí. La solución no está en negar a Dios, porque haciéndolo así nos quedamos con las bofetadas, y sin Dios. Es demasiado doloroso. Hay que dar un paso más. Se hace necesaria una visión más profunda. Tenemos que hacer un esfuerzo especial para inclinarnos por lo positivo, y pensar que con el tiempo seremos capaces de ver que todo ha salido bien. El largo plazo nos demostrará que aquello que en un momento nos pareció catastrófico, al final resultó beneficioso para nuestras vidas. Como aquel que llega tarde al aeropuerto, pierde el avión, y se enoja enormemente, y piensa: que "vaya mala suerte, Dios no me ha ayudado". Y al poco, se entera de que el avión se ha estrellado y ha salvado su vida... Algunos sucesos son más evidentes que otros, pero seguro que todos tienen su razón de ser".
(...)
"Si miro hacia atrás en nuestras historia veo claramente cómo las intervenciones de la Providencia a lo largo de estos años en las situaciones extremadamente críticas en que todo parecía venirse abajo, muestran una cadena sin interrupción de acontecimientos que siguen un patrón que me llama simpre la atención. Parece como si el proceso de muerte y resurrección de Jesucrito fuera un modelo que se repite en nuestras vidas. En la vida de Jesuscristo, la muerte anunciaba la Resurrección, el triunfo de la vida. Similarmente, aquí en Anantapur nosotros hemos estado inmersos en un ciclo continuo de adversidades y éxitos, simbolizados por la muerte y la Resurrección espirituales. Tras la "Resurrección" hemos salido adelante más seguros de nosotros mismos y de nuestro trabajo, y han surgido mayores oportunidades para continuar haciendo el bien. Las grandes dificultades han sido siempre un aviso de que el próximo paso sería una aventura más prometedora que la anterior".
(...)
"NO ESTAMOS SOLOS".
 Vicente Ferrer, El encuentro con la realidad

Para más información sobre Vicente Ferrer:

Fundación Vicente Ferrer

Película "Vicente Ferrer"




lunes, 7 de abril de 2014

61 - EL MIEDO


¡Cuántos miedos tenemos! Y lo importante no es ya el miedo en sí, sumamente lógico en muchas circunstancias; sino, nuestra forma de enfrentarnos a él. Desgraciadamente muchas veces la forma elegida es la menos indicada: la huida.

La imagen nos lo dice claramente: nos acostumbramos a huir de los fantasmas, en vez de encararlos y descubrir su verdadera naturaleza, que incluso podría ser mucho más benigna de lo que creemos.

Nos lo han dicho repetidas veces: la única forma de superar el miedo es enfrentarse a él. Pero, claro, por más y más veces que nos lo repitan, la tendencia en dirección contraria parece podernos.

Tendríamos que ser capaces de pararnos a pensar y actuar con inteligencia. Ya conocemos la historia del avestruz, que por más que oculte su cabeza para no ver los peligros que la acechan, la realidad está ahí y sólo existe una manera de combatirla: ¡conocerla! De esta manera, enfrentándonos a aquello que tememos, podemos descubrir nuestras verdaderas capacidades, nuestra valía, nuestra fuerza. El miedo, usado adecuadamente, puede ser un excelente motivador. En vez de huir, afronta.