miércoles, 30 de mayo de 2012

¡Hoy es nuestro santo!



¡Felicidades, papi!

¡Me gusta compartir tu nombre; 
para mí es todo un orgullo llevarlo!

miércoles, 23 de mayo de 2012

Siembra

Estudio de Jean-François Millet
Muchas veces hablo de la importancia de meditar. Y no quiero decir que haya de seguirse una práctica en particular o una disciplina demasiado complicada; nada de eso, de lo que hablo es de sentarse y dejar que la mente nos lleve a donde haya de llevarnos.

Y en una de esas ocasiones, vino la siguiente imagen con un mensaje muy claro.

Ante mí surgía una mujer que estaba sembrando un campo. Diligentemente esparcía las semillas en los surcos previamente trabajados. Para esparcirlas tenía que ir extrayéndolas de su cestillo y agachándose para permitir que las semillas cayeran donde pudieran germinar. 

La mujer, por tanto, trabajaba agachándose y muy concentrada. Tanto, que lo único que podía ver cuando levantaba la vista era el camino que aún le quedaba por hacer. Porque, curiosamente, casi nunca volvía la cabeza hacia atrás ya que confiaba en que el trabajo ya estaba hecho y que a su tiempo surgirían los frutos. Sólo muy de vez en vez, cuando se encontraba demasiado cansada, entonces sí se permitía girar la vista y ver el trabajo ya hecho; y así, de alguna manera, conseguía animarse y seguir avanzando para continuar la labor que aún quedaba por hacer. Sabía muy bien que si mirara atrás con demasiada frecuencia, en vez de hacerlo muy de vez en cuando, su trabajo se resentiría y no conseguiría avanzar bastante. 

Detrás de ella, lo supiera o no, lo sembrado iba creciendo de manera espectacular.

Dime, ¿todavía no te das cuenta de que todos somos esa mujer?

miércoles, 16 de mayo de 2012

21 - LA REINA DE HIELO

La Reina de Hielo es una imagen que nos transmite tristeza pero, esa tristeza, ¿a qué puede ser debida? Vamos a reflexionar sobre esta carta.

Nuestro personaje, a pesar de todos los lujos con los que cuenta, se siente desdichada. Al fondo, un hermoso palacio resplandece bajo el sol, pero ella permanece alejada de su hogar, mirando una flor congelada sobre su corazón y derramando una lágrima sobre ella. Bien; esa lágrima que derrama puede ser la solución que está buscando, pues al dar rienda suelta a sus sentimientos podría hacer resucitar la flor y liberarla del hielo.

Sí, la reina a veces ha pecado de un exceso de frialdad que ha convertido su corazón en un témpano de hielo; un hielo que contagia a todo el resto de su cuerpo, así como a quienes la rodean. Y luego se queja de su tristeza, pero no se ha parado aún a meditar sobre la posible responsabilidad que tenga ella en generar ese sentimiento.

La reina se ha aislado tanto para no sufrir, que ha terminado sufriendo. Si levantara su espejo y se viera en él, podría descubrir que la causa de su tristeza está en ella misma y en la frialdad de sus sentimientos. De eso trata el autoconocimiento; de ser capaces de mirar nuestro interior en nuestro espejo; y antes de echar la culpa al resto del mundo sobre nuestros males, ver si no hemos sido nosotros los verdaderos artífices de nuestras decepciones.

La Reina de Hielo nos trae el mensaje de que tenemos que despertar y ver que el mundo es más radiante de lo que imaginábamos. Además nos dice que de nada sirve protegerse del sufrimiento generado por los sentimientos, pues el dolor que nace de ellos nos da la medida de nuestro amor. La frialdad no aleja el sufrimiento, sólo lo disfraza y termina por hacerlo mucho mayor. La Reina, cuando se haya mirado al espejo descubrirá que tiene que llorar para poder abrir su corazón y así ¡resucitar!

domingo, 6 de mayo de 2012

Cuatro personalidades; cuatro lenguajes

La lectura ayuda mucho a pensar, y releyendo el libro de Andy Andrews, The Noticer, encontré un tema que me pareció muy interesante. El autor nos hace ver que no todos actuamos ni respondemos de la misma manera, y eso nos lleva a múltiples malentendidos, precisamente por desconocer el lenguaje que emplea la otra persona. Andrews nos habla de cuatro tipos de dialectos que usamos para comunicarnos; pero también dice que estos lenguajes pueden combinarse y crear otras variedades. Para explicar su punto de vista elige diferentes seres del mundo animal. ¿Te identificas con alguno en particular o bien con una combinación de dos o más? Incluso puedes imaginar otros animales que tengan características que te hagan reflexionar; pero vamos a ver los cuatro tipos que menciona este autor.

Vamos a empezar por el dialecto gatuno. Los gatos son animales muy especiales que, aunque les gusta conservar su independencia, eso no quiere decir que no disfruten del cariño de los que le rodean ni que no busquen la comunicación con su entorno; pero, ¿cómo lo hacen? Fundamentalmente por el tacto. Sí, cualquiera que tenga gatos lo sabe; les encanta ser acariciados; incluso lo hacen ellos entre sí o bien buscan humanos a los que lamer con delectación pidiéndoles asimismo arrumacos para ellos. Eso sí, sólo cuando ellos así lo desean; no se te ocurra acariciar a un gato que está en contemplación o jugando alegremente con su pelotita de papel de estaño, porque entonces rehuirá tus caricias. El gato da y recibe... cuando él quiere.

Pasamos al lenguaje canario. Para Andy Andrews los canarios piden de los demás, fundamentalmente tiempo para estar en su compañía. Según el autor, muchos seres utilizan este lenguaje en el que lo importante no es lo que uno pueda o no ofrecer en cuanto a palabras o cosas; no, lo importante es que estén con ellos, que les acompañen. No quieren estar solos en su jaula; necesitan fundamentalmente sertirse acompañados, aunque se haga de manera silenciosa; el mero hecho de tu presencia los hará felices, y, entonces, puede que incluso se lancen a cantar para agradecer tu compañía.


Los perros reaccionan a las palabras de aprobación. Cuando te diriges a un perro y le dices lo bien que hace algo, se llena de alegría y mueve su rabito así como sus orejas lleno de entusiasmo. También lo contrario; si te enfadas con ellos y les lanzas mensajes de recriminación, esconderán su colita antes tan alegre, y bajarán sus orejas como signo de tristeza. Lo que les dices, y el tono en el que se lo dices es fundamental para ellos; no lo olvides.

¿Y los peces?; ¿qué sucede, concretamente, con los peces de acuario? En un alarde de imaginación, el autor considera que los peces que tenemos encerrados en nuestros acuarios no pueden ni saben ni quieren ser tocados, ni alabados, ni siquiera necesitan nuestra compañía; pero sí requieren algo fundamental, nuestra dedicación hacia ellos cuidándoles con nuestras acciones en su beneficio. Esos actos y favores que realizamos para ellos les son totalmente necesarios: limpiarles la pecera, ofrecerles comida..; en definitiva, realizar para ellos aquello que precisan.

Parece que podemos combinar diversos lenguajes, pero está claro que si una persona domina uno determinado, además de expresarse él mismo en este lenguaje, sólo comprenderá su mismo dialecto, resultándole muy difícil la comprensión cuando le hablan en otro... Y ahí es donde pueden surgir los problemas de comunicación; no porque el otro no se esté comunicando con nosotros, sino porque no logramos entender su idioma pues utiliza una variedad desconocida o poco usada por nosotros. Abrirnos al conocimiento de otras formas de comunicación parece una tarea inmensamente provechosa. ¿No opinas tú lo mismo!


jueves, 3 de mayo de 2012

¡Felicidades, papi!



¡Gracias por engrandecer nuestro mundo!





Gracias por la respuesta del Cielo




(Cartas de Oráculo de los Arcángeles de Doreen Virtue)