miércoles, 30 de octubre de 2013

Como olas en el mar...

No niego que muchas veces me invade la tristeza cuando observo cómo determinadas personas parecen no aprender nada y se muestran incluso agresivas con el entorno en el que viven. Y entonces, ante mi perplejidad por tantos caracteres aparentemente negativos, me pregunto ¿por qué? ¿Es que las personas no tenemos remedio? ¿Es que quien es de una determinada manera será siempre así sin remisión? Y entonces entro en meditación y lanzo este asunto que tanto me preocupa esperando obtener respuesta. Y ésta es la respuesta que creí entender:



Tendemos a pensar que cada persona es de una u otra manera, es decir, con unas características inamovibles; cuando, en realidad somos como olas en el mar que a veces se muestran más agresivas o más relajantes y pacíficas. 

El recorrido del mar está formado por múltiples olas, cada ola podría asemejar a uno de nuestros caracteres en una vida. Igual que no se da una única ola sino una gran cantidad de las mismas que van modificando su estructura; así existen múltiples rasgos que se van mostrando en determinados espacios y tiempos para modificarse en otros.

El mar es eterno; las olas, sin embargo, son temporales. 
No olvides que la esencia es el mar y no las olas puntuales. 
Cada vida permite desarrollar más y más hermosas olas, 
corrigiendo y embelleciendo su forma.



viernes, 25 de octubre de 2013

49 - LA DESPEDIDA (El Symbolon)

Es verdad que las despedidas suelen resultar amargas, pero quizá si investigamos el porqué se produce cada una pueda alejarse ese manto lúgubre y verlas como un proceso natural e incluso de engrandecimiento.

Sí, dicho así puede resultar algo ingenuo, pero no lo es. Detengámonos un poquito en esto. Por ejemplo, cuando el niño o joven finaliza el periodo escolar debe despedirse de muchos de su amigos, por la sencilla razón de que cada uno decide emprender caminos distintos; así, no todos los compañeros optarán por ser médicos o abogados o administrativos o jardineros; cada uno elegirá la opción más acorde para él; sería de todo punto absurdo que todos eligieran ser jardineros, por ejemplo, ¿no? Así, esta despedida es absolutamente necesaria para poder cumplir el propio proyecto.

Muchas personas van apareciendo en nuestra vida y se van yendo cuando el papel que cada uno debía representar interaccionando con el otro acaba. Es verdad que a veces podemos seguir la amistad aunque se haya terminado el propósito que debía cumplirse, pero hay que entender que no siempre es necesario y que ahí está nuestra libertad de mantener contacto o dejar que las cosas discurran como se supone que deben de hacerlo.

Cada uno tenemos nuestro camino, y si llega el momento de la despedida, lo más inteligente será afrontarlo con una sonrisa y un deseo amoroso hacia quien anduvo con nostros por algún tiempo. Dejar la relación sin remordimientos, sin disgustos, sin malos recuerdos, sino con el agradecimiento por haber tenido la oportunidad de caminar juntos al menos por un tiempo. Además, no olvidemos que las despedidas son temporales pues estamos destinados a un ENCUENTRO.


jueves, 17 de octubre de 2013

48 - RESPONSABILIDAD POR LA CREACIÓN (El Symbolon)

¡Qué hermosa carta, verdad! Los seres vivos del planeta necesitamos los unos de los otros, y esta carta nos lo recuerda. Muchas veces no somos conscientes de las demandas de cuidado que recibimos; pero así es, se nos pide atención amorosa. ¡Hay tantas formas de dar esta atención! Y además, ese cuidado no se circunscribe únicamente a los familiares de nuestro entorno, sino a cualquier ser vivo con el que podamos encontrarnos.

San Francisco de Asís no se limitaba a hablar con seres humanos sino que gustaba de dialogar con toda criatura de Dios. Ya sabemos aquello de Hermano Sol, hermana Luna, ¿no?

Todos somos responsables, los unos de los otros. Unas veces precisamos ayuda y otras la ofrecemos. Y así es como funciona el mundo, con el cuidado responsable. Y más aún, con el cuidado amoroso responsable. Mira a tu alrededor, puede que alguien te esté pidiendo una atención amable, y tú no seas consciente de la misma. No permitas que pase desapercibida y actúa en consecuencia. 

jueves, 10 de octubre de 2013

47 - LA MATERIA Y EL ESPÍRITU (El Symbolon)

Pues sí, parece que las cartas 45, 46 y ésta que hoy nos ocupa hacen meción a una cierta compra-venta; en un caso se trataba de la acumulación por miedo a la inseguridad; en otro de la compra-venta del amor; y ahora se trata este mismo tema enfocándolo hacia la espiritualidad o la religión. Alguno pensará que la espiritualidad no puede ni comprarse ni venderse, pero, desgraciadamente, no siempre es así.

¡Cuántas veces uno se acerca a determinadas instituciones religiosas o de diferente tipo de espiritualidad para comprar compañía, reconocimiento, perdón de sus culpas, y un largo etcétera!

Jesús siempre señalaba la importancia de mantener un contacto íntimo con el Padre, en vez de proclamarlo a voz en grito para recibir los elogios del resto de la comunidad. No, la espiritualidad no se puede comprar, y por supuesto tampoco vender. Cuando uno se acerca a determinadas formas externas de practicar sus creencias no debe de hacerlo para que los demás tengan una buena opinión de él, sino sencillamente para realizar un acto hermoso con el premio del propio acto y nada más.

Muchas personas se dejan admirar por su supuesto encumbramiento en determinados caminos, pero no debe de ser así. Por supuesto que pueden obtener reconocimiento, pero no deberían buscarlo, sino vivirlo en todo caso como resultado de su experiencia.

Existe un "mercado de espiritualidad", eso es algo que parece innegable, y uno debe de estar bien en guardia contra ello. En la buena forma de hacer las cosas en este terreno una vez más me encuentro con Jesús, quien no se dejó tentar en el desierto haciendo signos para recibir alabanzas del pueblo; pero que, sin embargo, no se escondía para hacer esos milagros cuando servían realmente para ayudar a alguien y no a su propio encumbramiento. Me gusta su reacción en el templo en contra de los mercaderes. Me gusta su forma de orar en la intimidad al Padre y el consejo que nos dio a nosotros para hacer lo mismo. No venderse, no significa esconderse, pero sí no dejarse llevar por el orgullo y, en determinados casos, incluso, por la avaricia o el poder. Esta carta nos cuestiona sobre la sinceridad de nuestra búsqueda y vivencia espiritual. Merece la pena tenerla muy en cuenta.