sábado, 30 de abril de 2011

10 - EL MAESTRO

Para los autores de este oráculo EL MAESTRO se corresponde con el signo de Capricornio y con el planeta Saturno.

EL MAESTRO nos habla de alguien que busca la sabiduría o que de alguna manera ya la ha alcanzado. 

Fijémonos en los símbolos que muestra esta carta.  A los pies de la figura aparece una calavera, libros, y un reloj de arena. Por tanto, nos habla del paso del tiempo y de cómo podemos emplearlo adquiriendo sabiduría de los libros. Asimismo este transcurrir del tiempo confronta al personaje con la realidad de la vida, es decir con la vida misma y con su anverso, la muerte.  ¿Pero es posible que todo termine con la muerte? El Maestro indaga para obtener la respuesta, sin rehuir la seriedad de la vida.

De la profundidad de su búsqueda resulta ese rasgo severo de su rostro. El Maestro está concentrado en la búsqueda de respuestas y eso le hace contemplar también la seriedad de la vida y no sólo su parte lúdica. Aunque bien es cierto que de tanto en tanto debería abandonarse a la alegría; pues  el tratar con hondura la verdad de la existencia no debe estar reñido con la buena costumbre de saber mantener también una sonrisa.

El Maestro no sólo se conforma con el conocimiento intelectual sino que dirige su mano al cielo en señal de su búsqueda de ayuda espiritual.

Al fondo aparece una gran puerta con halos de diversos colores a la manera de un arco iris; y en el centro de la misma una corona a la que se llega por un camino ascendente. Sí, la calavera de la tierra se transforma en la corona del cielo. De lo terrenal a lo espiritual, la búsqueda lleva su tiempo pero bien llevada merece la pena.

lunes, 25 de abril de 2011

Experiencias cumbre

¿Qué entendemos por "experiencias cumbre"? Podríamos decir que se trata de determinadas experiencias que nos conectan de una manera clara y contundente con el mundo espiritual. Pero ¿en qué consisten? Yo diría que hay una gran variedad de ellas aunque todas tienen un fondo común. Vamos por partes.

Existe una experiencia que podríamos considerar un éxtasis y que se da en muchas ocasiones de manera fortuita aparentemente. Hablo de esos momentos en que, por ejemplo, alguien ha decidido sentarse al aire libre, ya sea en lo alto de una montaña, como al borde de un río o de una playa; y entonces, de repente, la persona se siente totalmente en paz, serena y como invadida por una total plenitud que la aleja incluso de cualquier sensación temporal. Repentinamente la persona experimenta una totalidad sobre la que ni siquiera se para a intentar comprenderla, sino que sencillamente la vive con toda la intensidad, pero sin perder en ningún momento la calma. Luego, cuando vuelve a cerciorarse de dónde está, del correr del tiempo, de todo lo que le rodea, sigue quedando dentro, como un recuerdo imborrable, lo que acaba de experimentar.

Esto mismo se puede inducir, y es por medio de diversas técnicas meditativas en las que lo principal es el deseo y la disposición de alcanzar ese estado; pero sin inquietud, si se consigue, bienvenido sea; y si no viene, otra vez será.

Existen muchas más experiencias que pueden traducirse en visiones, audiciones, sensaciones. Sí; en ocasiones la persona parece ver con toda claridad imágenes con un profundo sentido para ella; imágenes que le aclaran muchas cosas. Otras veces percibe como un pensamiento que no cree pueda proceder de su interior, sino de algo más que está dentro y está fuera; un pensamiento repleto de contenido que le ayuda a entender, a progresar, a continuar. Incluso pueden darse sensaciones, como si alguien estuviera tocándonos, o bien un cierto estremecimiento en una determinada zona del cuerpo; también se perciben olores particularmente bellos y que no acabamos de entender de dónde vienen, aunque en nuestro interior de alguna manera asociamos a algo o alguien en particular.

Pueden darse experiencias cumbre a través de canalizaciones por vía de otras personas que se prestan a ello. En esas canalizaciones, alguien nos comunica cosas que son verdaderamente importantes para quien las recibe; y como todo lo expuesto anteriormente, dejan una huella indeleble.

¿Cuándo son reales? ¿Cuándo imaginadas? Creo que en el fondo de uno mismo, la persona que lo experimenta lo sabe; por los efectos, lo discierne; y normalmente le queda un gran deseo de volver a experimentar algo así. Lo que ocurre es que estas experiencias a veces se dan y a veces no. Digamos que no podemos impedirlas, pero tampoco provocarlas a la fuerza; todo lo más, favorecerlas. 

¿Qué sentido podrían tener estas experiencias y la ausencia de las mismas? En determinados casos, podría suceder que fueran necesarias para la evolución particular de cada individuo; y asimismo, a veces se hiciera preciso que cada uno emprenda la aventura del desarrollo sin una guía constante sino corriendo sus propios riesgos. Pero sea como sea, las experiencias cumbre son una bendición que acompañan toda la vida, aunque creamos haberlas experimentado una única vez.

Y no lo olvides, todos las experimentamos aunque no seamos conscientes de ellas. Ver y sentir un nuevo día con el aire, con el sol, sintiéndonos repletos de vida es en sí misma toda una experiencia cumbre a la que no solemos saber darle su auténtico valor.

domingo, 17 de abril de 2011

El manso pollino

Por fin asistía a su entrada triunfal. Al principio, no me percaté de la sencillez buscada por él; para entrar en Jerusalén, se había montado sobre un sencillo pollino. De aquella manera, no podía resultar triunfante, pero a mí no me importó porque los niños lanzaban a su paso todo tipo de ramas y guirnaldas.

El bullicio aumentaba por momentos, y Jesús a todos miraba. Era el rey de Israel, así lo proclamaban muchas voces; pero entonces, cuanto mayor era mi orgullo por lo que sucedía ante mí, escuché las voces de los que se burlaban. Les parecía un espectáculo patético pues veían la estatura del pollino y se burlaban del supuesto rey que lo montaba.

No había entrado en un majestuoso caballo como hiceran los romanos; no, el espectáculo mostrado a las muchedumbres resultaba bochornoso para los que alzaban sus críticas; se sentían ridículos presentando a un hombre grande sobre semejante jumento.

Las palabras me hirieron como cuchillos, pues en el fondo intuí que tenían razón. ¿Por qué Jesús se prestaba a tal escarnio? En todos los estamentos sociales tenía hombres que lo reverenciaban, incluso en el de los poderosos, ¿por qué no hacía uso de aquellas posibles influencias y había solicitado un medio más digno?

Sin embargo, estoy segura de que Jesús actuó con plena conciencia; quería enseñar la verdadera importancia de las cosas; quería mostrar a quienes optaran por seguirlo que había que saber agradecer las loas de los demás pero hacerse consciente de que éstas pueden trocarse en burlas; quería mostrar lo humilde, lo indigno, así como sus contrarios. 

Él sabía que muchos de los que en aquel momento lo aclamaban, en pocos días lo abuchearían e incluso pedirían su muerte. No importaba; sólo la verdad, la sinceridad era lo que importaba. 

Me hice sorda a las burlas; yo era amiga de aquel hombre que mostraba a todos lo más verdadero del ser humano y lo más grande del ser divino.

Muchos lo buscaron para tenerlo en sus casas, querían agasajarlo al tiempo que se agasajaban ellos mismos. Tampoco eso importaba, Él supo así recibirlo. Porque Él conocía y estaba dispuesto a enseñar a los  hombres lo importante de la vida. No importaba el tiempo que llevara, ni el consiguiente sufrimiento; Él sabía que al final la luz llegaría para todos; Él sabía que su esfuerzo daría resultado con el tiempo. Por eso miró a todos y siguió avanzando hacia la Luz Divina.

jueves, 14 de abril de 2011

ESPADAS - BREVE RESUMEN DE SUS SIGNIFICADOS


Las Espadas representan lo mental, lo racional. Se corresponderían con el elemento aire.

AS DE ESPADAS – La decisión. Es una carta crucial, indica que ha llegado el momento de encarar las cosas y tomar decisiones tras un análisis concienzudo y calculado.

DOS DE ESPADAS – El bloqueo. A quien le aparezca esta carta se le está advirtiendo de que no quiere ver las cosas, y por supuesto no quiere pararse en las emociones. Venda sus ojos y dice que no tiene opciones, pero ¿por qué no decide quitarse la venda de los ojos?

TRES DE ESPADAS – El dolor, el disgusto, la separación. La persona que ve esta carta probablemente se encuentre en una situción dolorosa. También puede ocurrir que a quien le aparezca esta carta precisamente lo que trate es de ocultar el dolor con un barniz de pura razón.

CUATRO DE ESPADAS – Tiempo de descanso. La persona ha llegado a un límite en el que requiere un tiempo de sosiego para poder seguir avanzando. Es en ese sosiego donde encuentra la fuerza necesaria y la luz para seguir. A veces incluso anuncia periodos de una convalecencia, normalmente debida a eso mismo, a que la persona en cuestión no ha querido parar y es la vida la que decide pararle momentáneamente para que acierte con el rumbo.

CINCO DE ESPADAS –
La lucha. Pero, a diferencia del cinco de bastos en el que se nos hablaba de una competición como tal, aquí la cosa es un poco distinta y no precisamente favorable. Se vive un ambiente de lucha con un mal fondo, y en ese ambiente es difícil darse cuenta de cuándo uno tiene razón o cuándo no la tiene. Llega un momento en que las malas intenciones propias o de los demás pueden oscurecer las mejores de las intenciones. Es un aviso para no caer en la trampa y sabernos separar a tiempo. Huir de ese espíritu guerrero que busca bronca, no de ese otro que busca mejores opciones en la vida.

SEIS DE ESPADAS – Nuevos rumbos, incluso viajes. Puede ocurrir que la situación indique que hay que despedirse de lo antiguo y embarcarse en una nueva dirección. Es como la figura del emigrante que deja su patria, sus amigos, su trabajo, lo que conoce, con la esperanza de encontrar mejores opciones en otro país. Por supuesto tiene miedo, y por supuesto la alegría de fondo se tiñe de nostalgia y pesar por lo que en el momento actual parece abandonar. Tambíén muchas veces es una señal de un viaje real.

SIETE DE ESPADAS – La huida. El siete de espadas habla con frecuencia de alguien que no quiere encarar una determinada situación y se esconde sin dar la cara. También de algún tipo de conducta innoble, ya sea por parte del consultante o por el entorno que le rodea. Esta carta refleja una cierta ocultación.

OCHO DE ESPADAS –
La confusión, la inhibición. Alguien que se siente preso de una situación de la que cree no puede salir, aunque eso no sea cierto. Fuerte inhibición de sentimientos

NUEVE DE ESPADAS –
La preocupación. Algo nos está quitando el sueño. Una preocupación se ha adueñado de nosotros y nos produce desasosiego. Incluso en el fondo de esas preocupaciones puede que haya un fuerte sentimiento de culpa.

DIEZ DE ESPADAS – El dolor. Ésta es una de las cartas más duras del Tarot. La persona siente que no puede más; ya ha sufrido demasiadas heridas y le resulta difícil aguantar una más. También puede ocurrir que un dolor excesivo lleve a esta persona a deshacerse de la emoción y por tanto del corazón, y poner un énfasis excesivo en la pura y dura razón.

PAJE DE ESPADAS – La sospecha. Surge la oportunidad para la sospecha. La persona desea analizar la situación que se le plantea, intentando descubrir “si hay gato encerrado”. Por otra parte, también puede ser el anuncio de un conflicto que podría degenerar en una discusión si uno no toma las medidas de advertencia y cae en la trampa de la ofuscación.
 
CABALLERO DE ESPADAS – Como todos los caballeros, esta carta también tiende al exceso. En esta ocasión se trata de un temperamento batallador y pendenciero. Es verdad que en ocasiones hay que tomar la delantera y rebelarse, pero la verdad sea dicha, si hay un ánimo pendenciero en nosotros corremos el peligro de ser injustos y cebarnos en un exceso de crueldad. Habría que valorar hasta qué punto esta carta nos aconseja a actuar con fuerza y cuándo nos advierte sobre los efectos negativos de esa fuerza.

REINA DE ESPADAS – Es una mujer que analiza friamente las situaciones. También puede indicar que la persona a la que representa está en un momento difícil o triste.

REY DE ESPADAS – Es un hombre frío y analítico. En muchas ocasiones es la carta que una desea ver cuando busca soluciones pues puede referirse a alguien que tiene la capacidad de verlas.

viernes, 8 de abril de 2011

Cuando las cartas no contestan

No siempre son contestadas nuestras preguntas a través de las Cartas. Y a partir de este hecho surgen dos cuestiones fundamentales. ¿Por qué no contestan? Y ¿cómo sabemos que no nos están constestando? Vamos a ir analizando estas dos cuestiones.

En primer lugar, indaguemos en el porqué de su no respuesta. Y aquí creo que podemos encontrar básicamente tres opciones. 

Puede que  no se nos conteste porque no tenemos derecho a conocer esa respuesta, probablemente porque de entrada tampoco tenemos derecho a hacer esa determinada pregunta que no van a contestar.

También puede suceder que la persona no esté preparada para recibir la respuesta y que, como se dice por aquí, si la dieran fuera peor el remedio que la enfermedad.

Y por último, porque exista un mensaje más importante que debe conocer el consultante y se lo van a dar cuando éste se decida a plantear una cuestión, sea cual sea la que haya realizado.

Este punto nos enlaza con la segunda pregunta que hacíamos al inicio de este artículo: ¿Cómo podemos saber que no nos están respondiendo?

A veces es complicado; sobre todo cuando tienen un mensaje que darnos y lo hacen independientemente de la pregunta que hayamos hecho. Una forma de darnos cuenta de que no se nos está contestando es cuando vemos que, en una tirada, en la posición que correponde al tema que preocupa no aparece esta situación sino otra. Sin embargo, y a pesar de que durante mucho tiempo, cuando no entendía la respuesta o veía que la carta no parecía indicar el tema, directamente la daba por no contestada, actualmente, me detengo mucho más en las cosas y trato de verlas bajo diferentes prismas, porque me han ido enseñando que sí me estaban hablando aunque yo no entendiera y me estaban mostrando aspectos de la cuestión diferentes y difíciles de entender precisamente por novedosos.

Es verdad que cuando las cartas parecen no tener ni pies ni cabeza y hacerse totalmente imposible el establecimiento de una traducción lógica, lo más probable es que se nos esté negando una respuesta, pero, como digo, no hay que precipitarse en esta negativa sino aplicar serenidad y paciencia para poder distinguir un mensaje importante no relacionado con la pregunta,  o, en su caso, una ausencia de respuesta.

No es fácil, no. Nada fácil, pero puede conseguirse con enorme paciencia y confianza.


domingo, 3 de abril de 2011

Semillas de amor

Sobre la tierra veo una inundación, un temporal. Me alejo de esta visión y contemplo el planeta Tierra cada vez desde más lejos hasta casi sentir vértigo.

Así, desde lejos, el planeta Tierra se ve sereno; no se advierten los efectos del temporal. Permance quieto.

Yo me alejo y llego a otro planeta. Y allí me encuentro con Jesús que me dice que las cosas hay que observarlas así, con perspectiva. Junta sus dedos, y como si lanzara sal o azúcar, lanza semillas de amor que vuelan hasta la Tierra. Semillas de amor y bondad que irán fructificando con el tiempo e irán creando otras semillas más.

¿Cómo podría haber fiesta en el Cielo si creyéramos que alguna criatura puede perderse?

La fiesta de todos los santos consiste en la salvación de todos y cada uno de los seres creados.

Fe, desapego, perspectiva.