No siempre son contestadas nuestras preguntas a través de las Cartas. Y a partir de este hecho surgen dos cuestiones fundamentales. ¿Por qué no contestan? Y ¿cómo sabemos que no nos están constestando? Vamos a ir analizando estas dos cuestiones.
En primer lugar, indaguemos en el porqué de su no respuesta. Y aquí creo que podemos encontrar básicamente tres opciones.
Puede que no se nos conteste porque no tenemos derecho a conocer esa respuesta, probablemente porque de entrada tampoco tenemos derecho a hacer esa determinada pregunta que no van a contestar.
También puede suceder que la persona no esté preparada para recibir la respuesta y que, como se dice por aquí, si la dieran fuera peor el remedio que la enfermedad.
Y por último, porque exista un mensaje más importante que debe conocer el consultante y se lo van a dar cuando éste se decida a plantear una cuestión, sea cual sea la que haya realizado.
Este punto nos enlaza con la segunda pregunta que hacíamos al inicio de este artículo: ¿Cómo podemos saber que no nos están respondiendo?
A veces es complicado; sobre todo cuando tienen un mensaje que darnos y lo hacen independientemente de la pregunta que hayamos hecho. Una forma de darnos cuenta de que no se nos está contestando es cuando vemos que, en una tirada, en la posición que correponde al tema que preocupa no aparece esta situación sino otra. Sin embargo, y a pesar de que durante mucho tiempo, cuando no entendía la respuesta o veía que la carta no parecía indicar el tema, directamente la daba por no contestada, actualmente, me detengo mucho más en las cosas y trato de verlas bajo diferentes prismas, porque me han ido enseñando que sí me estaban hablando aunque yo no entendiera y me estaban mostrando aspectos de la cuestión diferentes y difíciles de entender precisamente por novedosos.
Es verdad que cuando las cartas parecen no tener ni pies ni cabeza y hacerse totalmente imposible el establecimiento de una traducción lógica, lo más probable es que se nos esté negando una respuesta, pero, como digo, no hay que precipitarse en esta negativa sino aplicar serenidad y paciencia para poder distinguir un mensaje importante no relacionado con la pregunta, o, en su caso, una ausencia de respuesta.
Es verdad que cuando las cartas parecen no tener ni pies ni cabeza y hacerse totalmente imposible el establecimiento de una traducción lógica, lo más probable es que se nos esté negando una respuesta, pero, como digo, no hay que precipitarse en esta negativa sino aplicar serenidad y paciencia para poder distinguir un mensaje importante no relacionado con la pregunta, o, en su caso, una ausencia de respuesta.
No es fácil, no. Nada fácil, pero puede conseguirse con enorme paciencia y confianza.