miércoles, 29 de febrero de 2012

Unas horas de Luz


No soy de las que cree en las casualidades; creo firmemente que todo tiene un sentido y una razón, y cuando nos suceden acontecimientos no es por el mero azar, sino por un plan que podemos seguir o no, pero el plan existe.

Y no es casualidad mi encuentro con Julia en unos momentos en que realmente la necesitaba y el Cielo la envió para ofrecerme su ayuda.

Tampoco es casualidad que, además de su ayuda desinteresada y extraordinariamente valiosa para mí, me presentara su blog de reciente creación cuyo título ya nos indica la sabiduría que pretende inculcar: UNAS HORAS DE LUZ.

Hace años, me encontré con personas que recibían mensajes de seres a los que llamaban MAESTROS. ¿Quienes son los Maestros? Claramente, yo no lo sé, pues se dan muchas clasificaciones, pero tal y como yo los considero, creo que son Seres Espirituales muy Evolucionados, que, entre otras cosas, nos ayudan en nuestro crecimiento. Enseñan -no olvidemos que reciben el nombre de Maestros- de manera clara y a la vez comprensiva y compasiva para con el hombre.

A lo largo del tiempo me di cuenta de que no siempre quienes dicen conectar con Maestros lo hacen realmente, al menos en todas las ocasiones; puede que en ocasiones suceda, puede que en otras se trate de autoengaño o de claro engaño al otro, puede que a veces sean seres no tan cualificados los que hablen. ¿Cómo distinguir la verdad? Diría que hay una forma muy adecuada que un Maestro menciona a Julia para explicar otras cosas y que me parece útil en este contexto: aplicar la razón y la intuición. 

Soy de la opinión de que todos podemos conectar con la Fuente, con nuestro interior, con Ángeles, y también con Maestros. Pero también observo que hay seres que lo hacen de una manera muy clara y especial, y entre ellos sitúo a Julia.

Su blog UNAS HORAS DE LUZ aporta, sin duda alguna, mucha luz. Os sugiero leerlo periódicamente, y cada uno podrá ir viendo la ayuda que este recién nacido blog hace al crecimiento.

¡Gracias, Julia, por lanzarte a esta aventura de la manera que lo haces: generosa y genuinamente!


viernes, 24 de febrero de 2012

Un verdadero amigo

No siempre sabemos reconocer ni aceptar a los verdaderos amigos, esos que no hacen necesariamente lo que queremos que hagan sino lo que tienen que hacer; esos que nos ayudan a entender aportándonos diferentes perspectivas para ver qué puede estar sucediéndonos en determinadas situaciones; esos que nos alejan de la ofuscación siempre y cuando se lo permitamos. 

Los verdaderos amigos no son fáciles de encontrar pues tienen que someterse a periodos de enfrentamientos cuando nos hacen ver nuestras equivocaciones. El problema es que, cuando meten el dedo en la llaga, solemos juzgarlos a ellos en lugar de hacerlo sobre nosotros; el problema es que queremos siempre ser alabados en vez de enseñados. Un verdadero amigo es incondicional en el amor, no necesariamente en vernos siempre sobre un pedestal; aquel pedestal sobre el que nos gustaría estar pero sobre el que tanto nos cuesta mantenernos.

Un verdadero amigo es alguien que, a pesar de nuestros fallos y de no silenciarlos, nos sigue queriendo con todas sus fuerzas. Sí, un verdadero amigo es un tesoro a veces poco valorado por el lugar en el que tiene que colocarnos para que consigamos despertar de nuestros sueños alejados de la realidad y dirigirnos hacia el buen camino de nuestro crecimiento.

Un párrafo del ibro The Noticer de Andy Andrews me inspiró estos pensamientos y creo que puede ser muy clarificador leerlo, por eso aquí os lo dejo para vuestra reflexión. Espero que os sirva tanto como me ha servido a mí:

"La mayoría de la gente cree que un verdadero amigo es alguien que nos acepta tal como somos. Pero es peligroso creer esas tonterías. El chico que te toma el pedido desde el coche en tu restaurante de comida rápida te acepta tal y como eres..., porque no le importas en absoluto. Pero un verdadero amigo tiene un concepto más elevado de ti. Un verdadero amigo saca lo mejor que hay en ti. Un buen amigo te dirá la verdad. Y un buen amigo sabio también te dará una buena dosis de perspectiva".



domingo, 19 de febrero de 2012

17 - EL CUIDADO

La carta llamada EL CUIDADO, nos trae a la memoria los cuidados recibidos por nuestros padres cuando éramos niños, y por tanto, de alguna manera nos llevan a sentimientos nostálgicos. Pero ¿es de esto de lo que nos quiere hablar esta carta de EL SYMBOLON? Como todas las cartas va mucho más allá su mensaje; estudiémoslo con atención bajo diferentes aspectos.

El hecho de que la imagen nos muestre la noche, ya nos está adviertiendo de esos momentos de oscuridad en los que tememos algo, y por eso buscamos protección y apoyo, además de ternura y cariño. Nos sentimos tan frágiles en un mundo desconocido que nos dirigimos hacia quien nos brinde atención y cariño.

También pudiera ser que seamos nosotros los que decidamos cuidar y atender a quien consideramos necesitado. De esta forma, nuestros miedos se mitigan ante la responsabilidad del otro; tenemos que ser más fuertes que aquél que confiesa su fragilidad, y eso nos da valor a nosotros mismos.

Un aspecto a tener en cuento a la hora de ayudar es comprender que la ayuda no debe de ser opresiva. Una cosa es apoyar y otra muy distinta es limitar; y a veces, a la hora de prodigar atenciones y cuidados, lo que realmente hacemos es ejercer un poder demasiado agobiante para el otro, aunque nos ofrezca seguridad a nosotros.

Tampoco podemos ayudar al otro olvidándonos de nosotros mismos, y cayendo en ese "síndrome del cuidador" del que tanto se nos advierte. La ayuda no puede convertirse en una atadura obsesiva, ni por parte de quien la ofrece ni por parte de quien la recibe. Saber ayudar es también saber respetar y respetarse.

No olvides fijarte en algo muy importante a la hora de interpretar esta carta. ¿Quién eres tú? ¿La madre? ¿El niño? No olvides nunca que quien más ayuda necesita eres tú mismo.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Un silencio y una confirmación

El 10 de septiembre de 1946, mientras viajaba en tren, la Madre Teresa recibió un mensaje claro de Jesús, un mensaje que la llevó a dejar la orden religiosa en la que había profesado para crear una nueva dedicada a los pobres. Según ella misma dijo: 

"Fue en ese día de 1946, en el tren de Darjeeling, cuando Dios me hizo 'la llamada dentro de la llamada' para saciar la sed de Jesús sirviéndole en los más pobres de los pobres".

De ahí siguieron diferentes locuciones. Ella escuchaba la voz de Jesús, hasta que dejó de hacerlo según se extrae de las cartas y conversaciones que muestra el libro de Brian Kolodiejchuk, "Ven, Sé Mi Luz", del que extraje la anterior cita de la Madre Teresa. 

Los años de silencio y oscuridad fueron muchos y una dura prueba para ella. Ese silencio del que tanto nos hablan los místicos, como en la Noche Oscura de San Juan de la Cruz. Un silencio que a veces lleva a pensar que la Voz fue tan sólo un sueño. Pero es en ese silencio donde se consiguen hacer realidad los sueños, y así, por ejemplo, la Madre Teresa siguió con su labor porque un día supo que Dios le había pedido algo y, aunque pudiera ser una fantasía, los efectos de la misma se habían materializado y, por tanto, aún en su oscuridad siguió con la tarea emprendida.

Pero, ¿era realmente todo una mera fantasía? Muchos años después, como relata este libro, un sacerdote, mientras oraba, recibió un encargo de confirmación para la Madre Teresa. Y éste es su relato:

El Domingo de Ramos de 1987, yo estaba sentado en el oratorio de nuestra casa general. Era una pequeña habitación concebida específicamente para la oración, donde no estaba presente el Santísimo Sacramento. Mientras rezaba en silencio el oficio de la mañana con mi breviario, un pensamiento se insinuó de repente en mi cabeza; como si alguien me hubiese hablado, pero sin que lo oyese con mis oídos. Sin embargo, parecía bastante claro: "Dile a Madre Teresa, "Tengo sed". Pensé pera mís adentros: "¡Qué extraña interrupción en mi oración". Sin pensar más en ello, continué rezando el oficio. Unos minutos más tarde, "oí" nuevamente (en mis pensamientos): "Dile a Madre Teresa, "Tengo sed". De nuevo pensé "¡'Qué extraño!". Entonces levanté la mirada hacia el gran crucifijo colgado en la pared y dije (no en voz alta): "¿Me estás hablando a mí?" Y "oí" de nuevo (como un fuerte pensamiento que venía a mi mente): "Dile a Madre Teresa, "Tengo sed".
En ese momento, sentí como si la inspiración viniera de Jesús y lo oí no como una petición, sino más bien como un mandato. A este respecto, debo dejar claro que nunca antes había tenido una experiencia como ésa, y desde entonces no la he vuelto a tener. No soy propenso a sugestiones. No he tenido, ni espero tener visiones ni locuciones. Si acaso, soy por naturaleza reservado ante manifestaciones "sobrenaturales". Sin embargo, me sentí fuertemente movido a responder a esta peculiar inspiración. Así que fui a mi habitación y escribí una carta a mano a Madre Teresa, diciéndole que probablemente pensaría que estoy loco, pero que me había sentido obligado a comunicarle mi experiencia.
Cuando me encontré con Madre Teresa, su primera pregunta fue: "¿Es usted el que oyó a Jesús decir: Dile a Madre Teresa, "Tengo sed"?". Respondí que sí, que le había escrito la carta sobre mi experiencia. Ella me miró durante unos instantes y me preguntó: "¿Qué más dijo Él?" Quedé sorprendido por la pregunta, pero inmediatamente respondí: "Nada. Eso fue todo lo que ". Entonces ella preguntó: "¿Qué quiso decir?" Yo dije: "No lo sé. Sólo sé que me sentí impulsado a comuncárselo. Yo sólo soy el mensajero".

Y concluye el autor de esta recopilacion de cartas de Madre Teresa:

La "Voz" que ella había oído por primera vez en el viaje en tren hacia Darjeeling, había permanecido silenciosa muchísimo tiempo. Ella había estado deseando profundamente oírla de nuevo, y ahora, aunque la "Voz" que amaba no le estaba hablando directamente, Su mensaje era claro: Él todavía tenía sed y buscaba a alguien que Le consolara. Y ella continuaba ardiendo "por ser ese alguien".



viernes, 10 de febrero de 2012

Campo de entrenamiento

Muchas veces me pregunto sobre cuál es el sentido del sufrimiento, de la acumulación de dificultades, de ese tener que afrontarlas e intentar sortearlas lo mejor que se pueda. También muchas veces me viene la respuesta, pero lo cierto es que cuando se dan esos grandes escollos de la vida, aquellos razonamientos parecen diluirse y no mostrar ninguna lógica que nos permita la aceptación de los mismos. Por eso me gusta escribir las respuestas para, llegado el momento, releerlas y permitir el alivio.

José Antonio Pagola, en su libro El camino abierto por Jesús, escribe lo siguiente:

"La aportación más decisiva de Jesús es hacer ver con firmeza y claridad que la obediencia a Dios lleva siempre a buscar el bien del ser humano, pues su voluntad consiste en que el hombre viva en plenitud. Dios no existe para sí mismo, buscando su propia gloria en una especie de egoísmo metafísico, como diría Maurice Blondel. Dios es Amor, y su gloria consiste precisamente en el bien de sus criaturas". 


Y entonces, surge nuevamente mi pregunta: Si busca nuestro bien, ¿por qué nos pone tantas dificultades que a punto están de echar por tierra todos nuestros esfuerzos de ser mejores?

Nuevamente los libros vienen en mi ayuda, en esta ocasión de la mano de Elizabeth Kübler-Ross, en su libro La Rueda de la Vida:

"Nada está garantizado en la vida, fuera de que todo el mundo tiene que enfrentarse a dificultades. Así es como aprendemos. Algunos se enfrentan a dificultades desde el instante en que nacen. Esas son las personas más especiales de todas, que necesitan el mayor cariño, atención y comprensión, y nos recuerdan que la única finalidad de la vida es el amor". 


Pero no sólo los libros me aclaran dudas, la meditación es fundamental para encontrar las respuestas, no sólo de manera racional sino sensitiva. Porque sí, es a través de la meditación como siento las verdades más que conocerlas, como quedan dentro de mí de una manera vivencial, de una manera muy especial y sanadora. Vuelvo a hacer entonces la pregunta, y aparece la respuesta.

Veo un campo de entrenamiento, repleto de muy diversos y complejos obstáculos. Un sargento o bien un entrenador nos azuza con sus gritos, y nos dice lo que hacemos mal, forzándonos a seguir, a no abandonar, pero obligándonos a hacerlo mejor. Más esfuerzo, más pruebas, más indicaciones por parte de quien nos dirige.

Es verdad que ese sargento es duro; es verdad que nos volvemos contra él cuando demanda tanto esfuerzo por nuestra parte; pero cuando llega el momento de demostrar ante todos -y ante nosotros mismos- nuestras habilidades, descubrimos que teníamos mucha más capacidad de la que pensábamos, y que conseguimos salir airosos de las duras pruebas. Y es entonces cuando llega la recompensa.

Después de saborear las mieles del éxito, cuando dirigimos nuestra mirada a quien nos había parecido un duro entrenador, vemos que nos brinda una sonrisa de satisfacción por nuestros logros y una mirada de amor hacia nosotros. Porque al final, ese "duro sargento" se nos mostrará como realmente es, en toda su bondad y omnipotencia.

Y es entonces, cuando escucho una voz dentro de mí que me dice: "No lo dudes nunca y confía".


martes, 7 de febrero de 2012

16 - LA INCOMPATIBILIDAD

La carta de El Symbolon llamada LA INCOMPATIBILIDAD  nos advierte de los opuestos, pero también del deseo y la necesidad de unión de los mismos. Esto lo distinguimos claramente cuando nos fijamos en la pareja que nos muestra esta carta; aunque aparentemente hombre y mujer se dan la espalda y miran por tanto en direcciones opuestas, lo cierto es que tienen sus manos entrelazadas. ¿Qué nos puede estar diciendo todo esto?


En el lado del hombre, un sol ilumina el paisaje; en el de la mujer, es la luna la que brilla en la oscuridad. Los dos arquetipos que nos muestran la acción y la receptividad, el yin y el yang, lo masculino y lo femenino.  ¿Pero estos dos aspectos son irreconciliables? La representación del yin y del yang nos dice que no, puesto que la parte coloreada de yin, alberga un punto de yang; y viceversa.

Aprender a aceptar las disparidades en vez de simplemente rechazarlas es una gran lección.