sábado, 30 de octubre de 2010

Crecimiento y Evolución

Desde que conocí la idea de los bodishattvas, me fascinó la filosofía que transmiten. Se nos dice que los bodhisattvas son aquellos que una vez alcanzan la iluminación, en vez de permanecer en el nirvana, vuelven a la Tierra para ayudar a los demás por compasión (una palabra verdaderamente hermosa y que por desgracia ha sido denostada por no comprenderla en su totalidad: amor compartido, no cedido como unas migajas).

Quiero creer que todos crecemos y evolucionamos, y que volvemos una y otra vez; en ocasiones aparentemente más sabios y en otras quizá más torpes, pero es más que probable que eso sea sólo una apariencia y que en realidad todos, absolutamente todos, contribuimos aún sin saberlo al proceso evolutivo de la creación.

Así lo vi en mi meditación:

Por una torre circular unos suben y otros bajan. Todos, tanto los que suben como los que bajan, portan lámparas encendidas; unas brillan con más fuerza y otras con menos, pero todas están encendidas.

Al llegar a lo alto de la torre, todas las lámparas son recargadas; cada una un poquito más de como había llegado.

Desde arriba, los portadores de sus lámparas vuelven a bajar con más luz; de esta manera la zona baja de la torre, que aún está en penumbra, cada vez se ilumina más y más. Para eso hace falta que quieran bajar personas con lámparas encendidas. Y cada vez son más los que bajan con sus lámparas bien recargadas.

 * La pintura mostrada en este artículo es de Edward Burne-Jones.

martes, 26 de octubre de 2010

Siete de Fuego y Siete de Nubes en el Tarot Zen de Osho.- Meditando con las cartas del Tarot

El Fuego, como ya hemos indicado varias veces, representa la energía. Y el personaje diseñado para la carta Siete del Tarot Zen de Osho y Ma Deva Padma, parece desbordar de la misma por todas partes. Sin embargo, el nombre que se da a esta carta es ESTRÉS. Supongo que no hace falta preguntarse por qué, pero aún así, vamos a analizar un poquito lo que podría estar sugiriendo la imagen.

Nos encontramos ante un hombre que no sólo toca varios instrumentos, como el hombre orquesta, sino que va más allá y hace malabarismos con velas y con globos. Incluso, debido a la rapidez con la que ejecuta todas sus acciones, casi pudiera parecer que tiene más de dos piernas, ¿verdad? Pero no nos engañemos, los seres humanos, con suerte tenemos dos, pero no más. Y da la impresión de que este hombre aún no se ha dado cuenta de ese detalle.

Para colmo, ahí tenemos al "graciosillo" de la carta que viene a complicar las cosas. Un monito juguetón, que considera el colmo del divertimento complicarle aún más las cosas a nuestro protagonista de la historia.

Y es que cuando uno lucha en tantos frentes, corre el peligro de que todo se desmorone.

A lo mejor, esta carta te está indicando que debes frenar puesto que estás en una situación excesiva que, aunque tú creas que requiere toda tu fuerza, ésta no se obtiene sólo con la acción exagerada y diversificada, sino también con una que solemos posponer: concentración y serenidad.

No permitas que el monito se salga con la suya, y céntrate en cad
a cosa en su momento para no perder de vista tus verdaderos objetivos uno a uno.


El Siete de Nubes, recibe el nombre de POLÍTICA. Curioso nombre , ¿verdad?; un nombre que además no parece dejar en muy buen lugar a la política, puesto que lo que nos muestra es una doblez o un engaño. La máscara inocente y sonriente, no es más que eso, una máscara; pues lo que oculta es una actitud astuta por parte del personaje protagonista.

A veces, resulta necesario que las cartas nos recuerden que tenemos que valorar nuestras intenciones y nuestras acciones para armonizarlas de la manera más adecuada.

Es verdad, que en determinados momentos debemos comportarnos con una cierta astucia que demuestra inteligencia, pero de ahí al empleo de malas artes media un abismo, y eso es lo que tenemos que valorar sin autoengaños que pretendan dejarnos en buen lugar, pero que no tienen nada que ver con la profunda verdad de nuestro interior.



miércoles, 20 de octubre de 2010

Siete de Bastos y Siete de Espadas en el Tarot Rider Waite.- Meditando con las cartas del Tarot

A veces en la vida somos atacados; atacados por los otros, por enfermedades, por contratiempos de muy diversa naturaleza, pero atacados al fin y al cabo. Eso es lo que nos sugiere el Siete de Bastos del Tarot Rider Waite. Como vemos, la figura se nos muestra rodeada de una especie de valla construida con diferentes palos. La figura sostiene uno más grande y está dispuesta al ataque; pero no se trata de alguien que se lance sin más a la lucha, que lo haga para atacar a otros; no, es alguien que está siendo atacado y por tanto está dispuesto a presentar batalla.

¿Se trata de alguna posible infección a la que tu organismo va a responder como corresponde? ¿Es quizá la respuesta a una acción hostil de un rival? ¿Qué puede estar ocurriendo en tu vida? ¿Es real ese ataque o es algo que imaginas? Ahí está tu trabajo en la
meditación; un trabajo que te puede ayudar a encajar lo que está sucediendo y a afrontarlo con la mejor disposición de ánimo.

Ante los conflictos, uno puede responder de muy divesas maneras. Una sería la mostrada en la carta anterior, luchando; y otra la que nos sugiere el Siete de Espadas, una manera que, a su vez, puede subdividirse en varias formas. Vamos a verlas.

Existe una forma taimada, en la que la persona responde con argucias y engaños. Vemos cómo la figura parece haber entrado en el campamento (enemigo o amigo) a robar las espadas que sus habitantes guardaban en sus tiendas. Como digo, puede haberlo hecho de manera ladina y taimada, pero puede hacerlo también de forma astuta, empleando la inteligencia para "guardarse un as en la manga" y utilizarlo de manera sabia en el momento adecuado, pues a veces es bueno esperar a mostrar todas las cartas hasta que el terreno de batalla se vea con claridad en lugar de precipitarse de entrada.

Pero existe una tercera posibilidad, la huida. Hay personas que prefieren alejarse del conflicto; a veces, por pura cobardía; a veces, para esperar ocasión más propicia.

¿En qué caso pudieras encontrarte en estos momentos? Extrae una enseñanza de tu análisis para mejorar tu conducta en caso de que deba hacerse.


jueves, 14 de octubre de 2010

La Oración de Raquel

- Ahora que el dolor ha pasado, me acerco una vez más a Ti, con el corazón compungido por haberme rebelado contra Ti, por haberte negado, por haberte ofendido, ante Ti me humillo.

Siempre busqué las razones del sufrimiento. Nunca te he entendido plenamente. A través de todas mis vidas he intentado entenderte, pero debo rendirme ante la ignorancia que no puedo trascender.

¿Por qué, Señor, por qué? ¿Por qué  pareces abandonarnos en la desesperación y permites nuestra gran confusión?

Me volví contra Ti, pero no puedo darte la espalda, porque Tú lo eres todo; sin Ti no hay nada. La Vida es tu regalo. Pero ¿por qué el sufrimiento? ¿Por qué, mi Dios? 

Antes te clamaba desde la rebeldía de quien no acepta los designios de su Creador, pero ahora te hablo desde la profundidad de los efectos del dolor. Al fin y al cabo, creo que es una forma de hablarte desde el Amor que transpira a través de la Compasión; en lugar de hablarte desde el odio que procede de la rebelión.

Por favor, escucha mi oración de una búsqueda de claridad, de un entendimiento, de un amor que no alcanzo a saber expresar pero que siento.

Por favor, ¡háblame, Señor! Como hablaste a Job. No te mantengas en el silencio que provoca mi perplejidad y mi aislamiento. Compadécete, Señor, de todos nuestros sufrimientos.


- Siempre has querido conocer la razón última de todo, siempre has tenido un gran deseo de conocimiento. Sin embargo, ¿crees que Yo te pido eso? Por supuesto que no me parece mal tu indagación, pero lo que pido transciende todo conocimiento. Lo que te pido se resume muy fácilmente: ¡CONFIANZA!

¿Recuerdas lo que te dije ante la Cruz, cuando sufrías por mi Hijo? ¿Recuerdas, niña mía? Te dije: ¡Confía! Pero tú no quisiste escucharme. ¿Recuerdas cuando me preguntaste si Yo era bueno? ¿Qué te dije entonces, mi niña? ¡Recuérdalo! Y como en aquel momento te pedí:, ahora te lo repito una vez más: ¡No lo olvides nunca, ni en tus peores momentos! ¡Claro que soy bueno!

No prentendas comprenderlo todo, sólo confía plenamente en Mí. ¿Piensas que un Creador puede traer a la Vida aquello que detesta? ¿Crees que el Hacedor puede querer el sufrimiento de su Creación? ¡Confía, niña, confía! Nunca me cansaré de repetirte esas palabras. Aunque no entiendas, aunque no veas, ¡Confía, niña, confía!

jueves, 7 de octubre de 2010

El don y el esfuerzo

Con demasiada frecuencia se escucha una valoración general sobre los dones que ciertas personas poseen y los que otros parecen no tener. Se da por hecho que algunas personas nacen bendecidas por los cielos con una determinada gracia especial, y, desgraciadamente, con gran frecuencia parece olvidarse algo que, sin desmerecer lo anterior, me parece que también debe tenerse en cuenta: que todo don conlleva un esfuerzo para ser plenamente desarrollado. Es decir, que, como el viejo aforismo ya indicaba, tenemos que admitir que no sólo se nace sino que además uno se hace, y eso es algo en lo que me gustaría profundizar un poquito más.

En primer lugar, ¿es verdad que unos tienen ciertos dones y otros no? Yo creo que en esencia todos tenemos esos dones, pero están ahí escondidos, en espera de tiempos mejores, incluso a lo mejor en espera de otras vidas; puesto que el problema no es tanto no tener los talentos de manera latente, sino en encontrar el tiempo material para desarrollarlos de manera patente. 

También es cierto que ciertos dones parecen mostrarse con muchísima más claridad y otros cuesta más tiempo y esfuerzo irlos descubriendo, aunque estén ahí, escondiditos pero ahí.

Y ahora llegamos al quid de la cuestión: el esfuerzo. Si, de nada sirve engañarse, por muchos dones que uno reciba, hay que desarrollarlos con esfuerzo, para mejorarlos, para sacarles todo el provecho que tienen en potencia. Me da pena cuando ese esfuerzo no se pone en marcha o cuando los otros lo menosprecian. Muchas personas hablan con cierta ignorancia de las capacidades de otros y de su facilidad para hacer las cosas, sin ahondar nunca en el esfuerzo que con toda probabilidad ha tenido que emplear la persona a la que admiran.

El ballet nos proporciona maravillosos ejemplos de esto. Quienes más se esfuerzan, quienes más trabajo han dedicado a la perfección de su arte, son los que bailan de manera "aparentemente" más fácil y poco complicada,  una sencillez cuya dificultad sólo valoran los que saben ver el esfuerzo que hay detrás de tan bella tarea. A algunos puede parecerle extraordinariamente fácil lo que hacen estos grandes bailarines  porque no ven externamente los resultados de su esfuerzo, como puede ser el temblor de los músculos que sí se aprecia en quien no ha dedicado tantas horas a perfeccionar su técnica.

Los dones deben ser agradecidos, por supuesto que sí; pero además debemos darnos cuenta de que si se nos han dado ha sido para  que la persona así bendecida se ponga en movimiento y desarrolle las gracias obtenidas. Se nos regalan cualidades para desarrollarlas. ¿Recuerdas la parábola de los Talentos en Mateo, 21, 15-29? Es muy reveladora.

No des por hecho la gratuidad de los dones; esfuérzate por desarrollarlos y ofrecer lo mejor de los mismos a los demás. Es hermoso que el don venga acompañado del esfuerzo, ¿no te parece?


sábado, 2 de octubre de 2010

Seis de Fuego y Seis de Nubes en el Tarot Zen de Osho./ Meditando con las cartas del Tarot

Al igual que la carta del Seis de Bastos del Tarot Rider Waite, en el Tarot Zen de Osho, el Seis de Fuego nos remite al ÉXITO. Y como siempre, aunque sea una experiencia alegre, el éxito no debe hacernos perder la visión de la realidad.

Fíjate en la figura montada sobre un majestuoso tigre, está totalmente alejada de la realidad mirando hacia los confetis que le lanzan; incluso ya ni los mira, sino que se solaza en ellos mientras cierra los ojos al resto del camino.

Menos mal que el tigre no ha perdido la cordura y estudia con mucho cuidado el terreno que va pisando.


¡Disfruta, sí, pero no pierdas la perspectiva!

Como ya hemos visto en otras ocasiones, no todas las barajas concuerdan en sus significados; especialmente esto sucede cuando se trata de los Arcanos Menores; así, llegamos al Seis de Nubes, que aqui recibe el nombre de LAS CARGAS. ¿Podemos comparar esta carta con el Seis de Espadas del Tarot Rider Waite? De alguna forma podría hacerse, pero no en la totalidad. Por eso cada baraja aporta algo muy profundo y que puede ser de gran ayuda. Pero centrémonos en la que nos ocupa ahora; ¿qué te dice esta imagen?
Vemos a un hombre agotado subiendo una pendiente. ¿Le cansa el camino? Por supuesto que éste es abrupto y difícil pero podría sortearse con mucha más alegría si nuestro personaje no llevara sobre él a otro hombre que parece no parar de darle indicaciones mientras deja caer todo su peso sobre nuestra pobre figura protagonista. Y la cosa no acaba aquí, sino que encima del segundo caballero se alza un gallo asentado cómodamente sobre los anteriores. ¿Qué te dice esta carta a ti en particular?

A veces permitimos que otros se asienten sobre nuestros hombros y no nos permitan movernos a nuestro ritmo. Está bien escuchar consejos, está bien ayudar a otros, pero quizá no está tan bien ser sometido al abuso de los demás, a las opiniones ajenas no asimiladas, a ideas que no se sostienen con la práctica pues no olvidemos que el que camina es quien sostiene a todos los demás.