El Fuego, como ya hemos indicado varias veces, representa la energía. Y el personaje diseñado para la carta Siete del Tarot Zen de Osho y Ma Deva Padma, parece desbordar de la misma por todas partes. Sin embargo, el nombre que se da a esta carta es ESTRÉS. Supongo que no hace falta preguntarse por qué, pero aún así, vamos a analizar un poquito lo que podría estar sugiriendo la imagen.
Nos encontramos ante un hombre que no sólo toca varios instrumentos, como el hombre orquesta, sino que va más allá y hace malabarismos con velas y con globos. Incluso, debido a la rapidez con la que ejecuta todas sus acciones, casi pudiera parecer que tiene más de dos piernas, ¿verdad? Pero no nos engañemos, los seres humanos, con suerte tenemos dos, pero no más. Y da la impresión de que este hombre aún no se ha dado cuenta de ese detalle.
Para colmo, ahí tenemos al "graciosillo" de la carta que viene a complicar las cosas. Un monito juguetón, que considera el colmo del divertimento complicarle aún más las cosas a nuestro protagonista de la historia.
Y es que cuando uno lucha en tantos frentes, corre el peligro de que todo se desmorone.
A lo mejor, esta carta te está indicando que debes frenar puesto que estás en una situación excesiva que, aunque tú creas que requiere toda tu fuerza, ésta no se obtiene sólo con la acción exagerada y diversificada, sino también con una que solemos posponer: concentración y serenidad.
No permitas que el monito se salga con la suya, y céntrate en cada cosa en su momento para no perder de vista tus verdaderos objetivos uno a uno.
El Siete de Nubes, recibe el nombre de POLÍTICA. Curioso nombre , ¿verdad?; un nombre que además no parece dejar en muy buen lugar a la política, puesto que lo que nos muestra es una doblez o un engaño. La máscara inocente y sonriente, no es más que eso, una máscara; pues lo que oculta es una actitud astuta por parte del personaje protagonista.
A veces, resulta necesario que las cartas nos recuerden que tenemos que valorar nuestras intenciones y nuestras acciones para armonizarlas de la manera más adecuada.
Es verdad, que en determinados momentos debemos comportarnos con una cierta astucia que demuestra inteligencia, pero de ahí al empleo de malas artes media un abismo, y eso es lo que tenemos que valorar sin autoengaños que pretendan dejarnos en buen lugar, pero que no tienen nada que ver con la profunda verdad de nuestro interior.
Nos encontramos ante un hombre que no sólo toca varios instrumentos, como el hombre orquesta, sino que va más allá y hace malabarismos con velas y con globos. Incluso, debido a la rapidez con la que ejecuta todas sus acciones, casi pudiera parecer que tiene más de dos piernas, ¿verdad? Pero no nos engañemos, los seres humanos, con suerte tenemos dos, pero no más. Y da la impresión de que este hombre aún no se ha dado cuenta de ese detalle.
Para colmo, ahí tenemos al "graciosillo" de la carta que viene a complicar las cosas. Un monito juguetón, que considera el colmo del divertimento complicarle aún más las cosas a nuestro protagonista de la historia.
Y es que cuando uno lucha en tantos frentes, corre el peligro de que todo se desmorone.
A lo mejor, esta carta te está indicando que debes frenar puesto que estás en una situación excesiva que, aunque tú creas que requiere toda tu fuerza, ésta no se obtiene sólo con la acción exagerada y diversificada, sino también con una que solemos posponer: concentración y serenidad.
No permitas que el monito se salga con la suya, y céntrate en cada cosa en su momento para no perder de vista tus verdaderos objetivos uno a uno.
El Siete de Nubes, recibe el nombre de POLÍTICA. Curioso nombre , ¿verdad?; un nombre que además no parece dejar en muy buen lugar a la política, puesto que lo que nos muestra es una doblez o un engaño. La máscara inocente y sonriente, no es más que eso, una máscara; pues lo que oculta es una actitud astuta por parte del personaje protagonista.
A veces, resulta necesario que las cartas nos recuerden que tenemos que valorar nuestras intenciones y nuestras acciones para armonizarlas de la manera más adecuada.
Es verdad, que en determinados momentos debemos comportarnos con una cierta astucia que demuestra inteligencia, pero de ahí al empleo de malas artes media un abismo, y eso es lo que tenemos que valorar sin autoengaños que pretendan dejarnos en buen lugar, pero que no tienen nada que ver con la profunda verdad de nuestro interior.