martes, 27 de octubre de 2009

¿Esoterismo sin Divinidad?



Una gran sorpresa con la que me he encontrado con relativa frecuencia es un hecho que, en realidad, me da mucha pena. El hecho se resume así. Son muchas las personas que buscan la práctica de un esoterismo que les permita realizar determinado tipo de "proezas", pero que olvidan Quien está detrás de ellas. No puedo entender a las personas que buscan levitar, desentrañar los secretos escondidos, realizar curaciones, etc., pero son contrarias a la existencia de un Dios que les permite hacer uso de esas técnicas. Atribuyen sus "poderes" a ellas mismas, y vuelven la espalda a Quien se los otorga. ¿Por qué sucede esto?

He comprobado que cuando uno atribuye, con una total falta de humildad, sus logros única y exclusivamente a sí mismo, suele terminar por perder aquellas habilidades con las que supuestamente contaba. Y, entonces, surge una idea dentro de mí; si sólo se tratara de una capacidad personal, no debería desaparecer cuando el orgullo toma un lugar preponderante, pero lo cierto es que sucede así.

Por supuesto, no niego el esfuerzo humano en pos de algo, y los méritos al conseguirlo; pero no podemos despreciar a Quien está por encima de nosotros, a Quien nos permite aprender y gozar con lo aprendido, a Quien nos regala la Vida y el Amor. Francamente, no apoyo el esoterismo sin la divinidad porque compruebo que, en la mayoría de los casos, degenera en un exceso de ego altamente peligroso.


* La imagen corresponde a "La Creación de Adán", de Miguel Ángel.


jueves, 22 de octubre de 2009

Engaños y Autoengaños: Meditando con El Symbolon

Ya en varias ocasiones he ido presentando diferentes cartas de EL SYMBOLON, un mazo de cartas muy peculiar diseñado por Peter Orban, Ingrid Zinnel y Thea Séller. Las cartas nos muestran arquetipos muy importantes para el ser humano que nos adentran en la profundidad psicológica del consultante.

En esta ocasión me gustaría mostrar tres cartas que, de una u otra manera, hacen alusión a cierto engaño o autegaño que puede vivir o generar la persona. Vamos a irlas viendo por partes.



Comenzamos por la carta llamada EL SEDUCTOR. ¿Qué te sugiere? Las cartas no tienen un único significado sino que pueden actuar como una especie de motor que pone en marcha nuestro inconsciente. Vamos a meditar sobre esta carta a ver hacia dónde podría conducirnos.

Vemos una figura elegantemente vestida, con una hermosa sonrisa, que surge de un fuego abrasador. En su mano derecha porta una flor con la que parece obserquiarnos.

Claro que a ninguno se le escapa, seguramente, que el personaje tiene algo de siniestro puesto que parece contar con los rasgos de un drácula como mínimo. ¿Qué nos puede estar diciendo esta carta?

El embrujo, la seducción pueden ser unas formas de engaño. Ante el encanto de alguien es difícil resistirse pues nos atrae ese fuego abrasador. ¿Es eso malo necesariamente? ¿Tener encanto y transmitir encanto es algo malo? Personalmente, yo no lo considero así; pero la carta puede hacernos entender que podemos estar presos de una fascinación más que de una realidad. Es verdad que los atributos buenos de la persona están ahí; pero, ¿se están viendo de verdad o se están manipulando?

Veámoslo más fácilmente con un ejemplo: ante la belleza de un muchacho o una muchacha realmente subyugadores, uno puede pensar que está enamorado de él o ella. ¿Quiere esto decir necesariamente que esos muchachos tan atractivos estén engañando? No; pero ¿qué ocurre con los supuestos enamorados?; ¿se han enamorado de los personajes en sí o de la fascinación que ejercen sobre ellos?



Vayamos con la segunda carta. Ésta no puede engañar a nadie, ¿no? Si tenemos en nuestra memoria los cuentos populares, aquí nos encontramos con nuestro FLAUTISTA de Hammelin particular. ¿Conocéis la historia? Imagino que sí.

Uno a veces se engaña o se deja engañar para salir de una determinada situación. Gracias al engaño del Flautista, los niños pueden salir de su escondite y volver a alegrar el pueblo de donde procedían; pero también es cierto que el mismo sonido de la flauta puede provocar que vuelvan al lugar al que previamente se les había conducido para reternerlos como prisioneros.

¿Es bueno o es malo el engaño? A veces un cierto acontecimiento engañoso nos puede servir para superar determinados problemas. ¿Os acordáis de Dumbo? Gracias al "engaño" de usar una pequeña plumita de ave, el elefantito consigue descubrir que realmente puede volar.

Averigua por qué se te ha puesto delante esa zanahoria como cebo: ¿será para que descubras tus propias cualidades o será para que te des cuenta de cómo te dejas engañar a veces?


Y para finalizar este repaso, aquí tenemos la carta denominada ENGAÑO o FRAUDE. La imagen nos muestra el conocido timo del trilero. Un estafador coloca bajo unos vasitos un objeto, y el timado, tras las vueltas que les da el trilero aparentemente de buena fe, debe averiguar debajo de qué vasito está. Aunque de todos es sabido de antemano que se trata de un fraude, el truco sigue funcionando, ¿por qué? Por el autoengaño. Sí, no sólo se da un engaño por parte del estafador; es que también el timado se autoengaña pensando que él es distinto y que a él no lo van a pillar.

A veces esta carta ayuda al consultante a detenerse y considerar en qué se está autoengañando. No siempre es fácil de detectar ese problema en uno mismo, pues la venda puede ser muy tupida, por lo que esta carta es un excelente indicador para que uno pare y observe muy bien tanto la situación externa como la interna, para descubrir qué es eso que no quiere o no es capaz de ver.

viernes, 16 de octubre de 2009

Diversidad


La única verdad. Todos defienden la existencia de una única verdad; sin darnos cuenta de los multiples aspectos que puede tener una verdad global. Y por eso todos defendemos una vía única de acceso a la ansiada verdad.

Siempre me llamó la atención la pretensión de todos y cada uno de los grupos religiosos de tener la única y la absoluta verdad; lo cual, entre otras cosas me parece algo así como querer poner puertas al campo. Creo que la única verdad es el AMOR. El Amor que el ser humano escoge voluntariamente, con independencia de que éste sea o no correspondido; porque hay que tener mucho amor para aceptar
incluso al enemigo.


Para asegurarnos de que poseemos esa “única verdad”, tratamos de imponerla por todos los medios y segamos sin remordimiento alguno los atisbos de verdad que el otro haya alcanzado, dejándole a veces sumido en la gran desesperanza al no poder alcanzar de corazón la nueva propuesta y haber abandonado la que le sustentaba.


¿Cuándo aprenderemos que la verdad es una LUZ BLANCA en vez de una aterradora oscuridad? El blanco es la mezcla absoluta de todos los colores (eso ya lo demostró Newton, cuando hizo la separación de los colores a través de un prisma); sin embargo, la oscuridad (el negro) es la ausencia de color. Por tanto, para mí la verdad está en la luz blanca, una amalgama equilibrada de todos y cada uno de los múltiples colores del universo.


Puede ocurrir que unos tengan más colores que otros, pero lo cierto es que será la unión de todos, en la adecuada proporción, la que brinde luz a nuestra mente. Y eso sólo podrá hacerse desde el respeto de la escucha y sobre la valoración de una verdad que está en el fondo de todas: el AMOR. Cualquier verdad que suponga un desafío al Amor, me niego a aceptarla.



domingo, 11 de octubre de 2009

Cuatro de Espadas (Rider Waite) y Cuatro de Nubes (Zen Osho): Meditando con las Cartas del Tarot



No, no; no es lo que estás pensando ni mucho menos. El Cuatro de Espadas del Tarot Rider Waite nos puede hacer reflexionar sobre la necesidad de tomar un descanso. Por supuesto, también nos puede advertir de que ese descanso se va a dar con nuestro consentimiento o sin él, sencillamente porque es necesario. A veces uno se empeña en ir contra corriente y pelear por algo hasta quedar sin aliento, lo cual es totalmente absurdo pues, de conseguir lo que tanto uno ansiaba, no logra disfrutarlo como quisiera a causa de tanto agotamiento.

Fíjate bien, hay tres espadas sobre el personaje, pero una permanece en espera de ser usada. Y es que así es en la mayoría de los casos. Cuando uno se sabe retirar a tiempo y concederse un tiempo para descansar y recuperar fuerzas; una vez de vuelta en la arena, la espada que ha estado tranquilamente descansando y reponiéndose, puede darnos la victoria.

Vivimos en una época en la que la actividad se considera toda una virtud y la pasividad se ve como un vicio terrible, pero ¿es realmente siempre así?


Sin embargo, Osho y Ma Deva Padma nos muestran la otra cara de la moneda en su Tarot Zen. Al Cuatro de Nubes lo llaman POSTERGACIÓN, y te piden que te detengas en ese constante postergar una determinada tarea o actitud.

Así es, a veces uno se toma demasiados descansos que no son tales sino que se trata más bien de huidas. El Cuatro de Nubes nos lleva a reflexionar sobre algo que puede estar dándose en tu vida; ese deseo manifestado de que harás esto y lo otro cuando llegue el momento, pero que pareces no estar dispuesto a ver que ese momento a lo mejor ya ha llegado. ¿Por qué te escudas en argumentos vacios cuando en realidad no tienes más que intentarlo? Tranquilo, si el momento de verdad no ha llegado, podrás comprobarlo por los resultados; pero, ¿deseas que ese tren de la oportunidad pase de largo sin ni siquiera intentar montar en él?

Medita en qué situación te encuentras: ¿necesitas parar o necesitas avanzar? Pero hazlo sinceramente, sin falsas excusas que ni siquiera a ti mismo logran engañarte.

viernes, 2 de octubre de 2009

JESÚS: la intimidad de la oración y la necesidad de la instrucción



Como siempre he dicho, para mí JESUCRISTO es muy importante. Tanto que, lógicamente, me ha gustado conocer y valorar muchos aspectos de su vida. Por supuesto, los Evangelios, aun con sus silencios y posibles visiones personales, son la base para gran parte de ese conocimiento; o al menos, de la búsqueda del mismo. Y cuando los leo y medito sobre ellos, surgen muchos pensamientos en mi interior. Uno de ellos es éste que me gustaría compartir con vosotros.

Aunque no soy una erudita sobre el tema, sino que sencillamente busco información sobre aquello que me gusta, a partir de mis preguntas he ido desentrañando respuestas que me ayuden a encontrar la mía propia. Así me doy cuenta de algo que suele pasarse demasiado por encima, y es que solemos valorar la historia antigua con nuestros parámetros actuales, y eso no puede aportar demasiada ayuda. Como ya expuse en un artículo anterior, parece que los conocimientos que tenemos sobre la tradición religiosa judía provienen de un tiempo posterior a la etapa que vivió Jesús en la tierra. Es decir, hoy en día, por ejemplo, el rabino es alguien muy claramente definido en la comunidad judía, pero ¿era así en tiempos de Jesús? Parece ser que no. Y eso me lleva al centro de esta exposición: ¿qué aportaba Jesús en la religión de su época y con qué "estatus" se presentaba? Y eso me lleva a una pregunta mucho más importante para mí: ¿qué aporta Jesús en las comunidades religiosas o espirituales de nuestra época y de la suya?

Con respecto al estatus, no puedo saberlo con seguridad; es más, creo que nadie lo sabe; pero parece claro que no era sacerdote; y desde luego que no lo era con respecto a nuestros cánones actuales: es decir, un intermediario entre Dios y los hombres que realiza unas prácticas rituales determinadas. Yo creo que JESÚS era mucho más que eso.

A mi entender Jesús, ante todo y por encima de todo, era alguien que vivía lo que predicaba. No se sometía a normas vacías, sino al fondo real de las cosas; por tanto no iba de manera directa contra las prácticas pero sí contra la ausencia de sentido real al aplicarlas. Colocaba por encima de todo el amor, y luego el ritual si podia ayudarlo pero nunca cuando lo entorpecía.

Por otra parte Jesús vivía la comunión con el Padre, y esa comunión y esa esperanza era lo que quería transmitir a los demás. Él hablaba del Reino de Dios, creo que más como un estado a alcanzar que como un lugar meramente físico; sin descartar que pueda serlo, pues cuando uno ES, uno necesariamente ESTÁ.

Por tanto, creo que Jesús, era -y es- un Maestro que predicaba con el ejemplo. Es alguien que dedicó mucho tiempo a vivir a Dios, alguien con una fuerte base y que por ello podía compartirla. Y por eso enseñaba, para que los demás, aquellos que no habían podido dedicar aquel tiempo a la actividad de conocer y conectar con Dios, pudieran emprender el camino ayudados y motivados por sus explicaciones y por su ejemplo.

Parece que cuando entraba en las sinagogas de su tiempo (es importante matizar que hablamos de las de su tiempo) lo que hacía era enseñar, instruir: explicaba aquellas lecturas que se habían convertido en algo tan rutinario y a veces tan complicado por el lenguaje en el que estaban escritas que una gran mayoría no era capaz de comprender y, gracias a sus enseñanzas, quienes le escuchaban podían aplicar adaptada la Palabra a su vida diaria. Es decir, era -entre otras cosas- un Gran Maestro o Instructor Espiritual; un guía que sabía ir al fondo porque lo vivía.

Y por otra parte, además de esos encuentros multitudinarios o menos multitudinarios, pero donde todos los que acudían buscaban una meta común, también señalaba la importancia suprema del encuentro íntimo y no sólo público con Dios. Es decir, nos señala de manera inequivoca la necesidad de la oración personal e íntima.

Jesús practica y nos enseña la necesidad de la oración íntima, sin testigos, sin nadie alrededor: sólos tú y Él. Sólo de esa manera la persona puede seguir siendo una misma al entrar en comunión con muchos otros; de otra forma, sin esa fuerza que aporta el encuentro personal, puede correrse el peligro de extraviarse entre un mar de voces masificadas y no vivenciadas.

Jesús enseña a través de la palabra y de la acción. Jesús incide en la necesidad del tiempo íntimo de oración (llámalo meditación, oración, como lo desees, pero sabemos muy bien de lo que hablamos, ¿verdad?). JESÚS nos enseña a SER para poder obrar; en lugar de hacer justo lo contrario, obrar para quizá llegar a ser.


NOTA SOBRE LAS IMAGENES DE ESTE ARTÍCULO:


En primer lugar aparece un bellísimo cuadro titulado "JESÚS EN LA SINAGOGA", obra del pintor GREG OLSEN. Me gustaría puntualizar que tengo el permiso del autor para la reproducción de esta obra. Desde hace tiempo, veo en la red imágenes de Jesús que me parecen bellísimas pero de las que no conocía la autoría. Hoy, gracias a otro blog que publicó la imagen dando los datos, sé de dónde proceden y considero de justicia comunicarlo así. Por otra parte, el autor pide tres requisitos a la hora de mostrar sus imágenes; tres requisitos que cumplo y reproduzco a continuación por lo correctos que me parecen. Éstas son sus peticiones:

  • Nombrar al autor y reproducir el símbolo de copyright en la visualización de sus obras: ©. Por motivos técnicos, no me es posible hacerlo en su obra, por lo que lo hago aquí.
  • No modificar la imagen, a excepción del tamaño por razones obvias.

Mi agradecimiento al autor por tan bellos cuadros.

Sobre la segunda imagen, carezco de información pero la considero tan bella y apropiada que he decidido ponerla en mi blog; y si el autor no lo considera oportuno,, estaré encantada de conocer su nombre y hacerle el reconocimiento que se merece. Gracias