Sallie Nichols en su libro "Jung y el Tarot" menciona un punto que me parece muy importante a la hora de trabajar con el Tarot. Ella dice que suele confundirse lo que es un signo con un símbolo y que eso lleva a obtener interpretaciones indeseadas con el uso de esta herramienta. Y yo creo que tiene mucha razón. Vayamos por partes.
¿Qué entendemos por signo o señal? Se trata de una representación gráfica que nos lleva a la comprensión de algo concreto. Por ejemplo, cuando vemos la imagen colocada a la derecha de este párrafo, sabemos que por convención esa señal significa que está prohibido hacer fotos. Existe una señal clara y concreta que nos anuncia una prohibición, y se mos muestra el objeto que está prohibido usar en un determinado lugar. No hay dudas, se trata de un lenguaje aceptado y comprendido, sin que hayan de hacerse otro tipo de especulaciones.
Asimismo, cuando vemos esta segunda señal, por convención sabemos que, de entrada, por la forma triangular, se nos está advirtiendo de que tengamos precaución; pero además se nos indica el motivo para esa precaución: se están haciendo obras en la carretera. Todos lo entienden; no quiere decir ninguna otra cosa más que eso y solamente eso.
Sin embargo, cuando entramos en el campo de los símbolos, las cosas se complican enormemente. ¿Por qué? Porque abarcan múltiples aspectos y no necesariamente evidentes de entrada. Por ejemplo, veamos este corazón. No se trata de un signo sino de un símbolo. Si fuera un signo haría alusión al órgano-músculo que tenemos en nuestro interior y al que llamamos corazón, con sus ventrículos, etc., etc. Pero aquí, al poner esta imagen, no estamos aludiendo a la mera anatomía, sino a un concepto abstracto que representamos casi universalmente así: EL AMOR.
Veamos otro ejemplo, ¿quién no conoce esta representación de Picasso? ¿Y a qué alude? No, cuando la empleamos, no estamos advirtiendo que cerca hay un montón de palomas; ni tampoco que podamos encontrar un frondoso olivar. No, nada de eso, estamos hablando de LA PAZ.
Las cartas del Tarot están llenas de símbolos, no signos. Y no sólo existe un único símbolo principal, como La Luna o El Sol, sino infinidad de símbolos diminutos repletos de enorme significado dependiendo del momento y de la pregunta (árboles, pájaros, piedras...). Y todo eso hay que interpretarlo, no siguiendo una guía que relacione objeto con significado, sino atendiendo a lo que puede estar simbolizando en una varidad muy rica.
Las cartas del Tarot están llenas de símbolos, no signos. Y no sólo existe un único símbolo principal, como La Luna o El Sol, sino infinidad de símbolos diminutos repletos de enorme significado dependiendo del momento y de la pregunta (árboles, pájaros, piedras...). Y todo eso hay que interpretarlo, no siguiendo una guía que relacione objeto con significado, sino atendiendo a lo que puede estar simbolizando en una varidad muy rica.
El Tarot sirve, entre otras cosas, para despertar la intuición, pero como viene a decir Jung con las visualizaciones, se trata de conversar con las cartas, discutir si es preciso para ver todos los enfoques, no para aceptar sin más un destino inapelable, o bien aceptar nuestros temores sin más o nuestros deseos sin valorarlos desde diferentes aspectos y no como verdades inmutables... al fin y al cabo, como preguntaba Pilatos, ¿qué es la verdad? En mi opinión, la verdad ayuda y no debe perjudicar; eso no quiere decir que las respuestas sean siempre favorables pero sí contrastadas con nuestra razón en vez de nubladas por una ciega sinrazón.
Desgraciadamente son muchos los que toman el Tarot como signo en vez de como símbolo, y los resultados son tristes e inquietantes. Más que descubrir la simbología con la filosofía que está oculta en nuestro interior y que las cartas pueden ayudar a descubrir, una gran mayoría busca significados concretos a cada carta, consiguiendo así caer en grandes errores de interpretación. Como decía al principio, tener clara esta diferenciación resulta fundamental al trabajar con una herramienta tan llena de símbolos y significados (en plural y no en singular como suele pretenderse).
Desgraciadamente son muchos los que toman el Tarot como signo en vez de como símbolo, y los resultados son tristes e inquietantes. Más que descubrir la simbología con la filosofía que está oculta en nuestro interior y que las cartas pueden ayudar a descubrir, una gran mayoría busca significados concretos a cada carta, consiguiendo así caer en grandes errores de interpretación. Como decía al principio, tener clara esta diferenciación resulta fundamental al trabajar con una herramienta tan llena de símbolos y significados (en plural y no en singular como suele pretenderse).