
Si miramos el fondo de la imagen vemos tras la pareja un fuego del que surge un mostruo que es quien parece guiar los pensamientos de ambos, ya que sujeta sus mentes con sus grandes y huesudas garras. Así que un origen para este malestar que se nos anuncia a nivel de relación puede hallarse en ese fuego generado por un impulso, una pasión, o una obsesión mal dirigida y muy mal gestionada.
Darse cuenta de ese posible origen, puede hacer que la carta, a través de hacer visibles las dificultades, conduzca a la resolución de los problemas, porque si la relación de la pareja tiene buenos principios, independientemente de los fuegos instintivos de destrucción, así como a pesar de las cadenas a las que uno se siente sujeto por obligación, podría alcanzarse el éxito y conseguir la eliminación de ambos elementos nocivos y restrictivos que tanto daño pueden hacer al verdadero amor.