Como ya he dicho en alguna que otra ocasión, las cartas claramente femeninas suelen hacer referencia a una mujer, y las masculinas a un hombre, pero esto no siempre es así pues lo que pueden es estar indicando determinadas pautas que corresponden a la persona que consulta sin que hagan directamente alusión a su sexo. La Reina y el Rey muestran aspectos diferentes que, en determinados momentos, pueden referirse muy bien al consultante sea del género que sea.
Una vez dicho esto, vamos a meditar con esta carta de El Symbolón que recibe el nombre de LA REINA, teniendo en cuenta que, aunque en determinados momentos pueda escribir el texto en femenino, está dirigido también a cualquier hombre que se sienta aludido por el tema.
La Reina. A veces, uno se encuentra tan alejado de su propia estima, valoración y fuerza que necesita ponerse un disfraz para ejercer una autoridad que de otra manera no sabría como ejercerla. Éste puede ser uno de los casos de la Reina. En realidad, no confía en ella misma y piensa que tiene que mostrarse autoritaria para que los demás la tengan en cuenta. Y entonces se olvida de un arma mucho más efectiva en muchas ocasiones que el ordeno y mando: la sensualidad, la coquetería, la suavidad, la ternura, la emotividad.
Cuando uno está seguro de su propio valor, no necesita manipular sino mostrar los encantos que realmente tiene, no los que se adjudica de forma artificial, sino los verdaderos; la fuerza de su propia ternura, de su propia compasión, de su propia donación sin que por ello deba de anularse sino sencillamente completarse al buscar la unidad.
Fíjate en el puño de su mano derecha, debería ostentar un cetro pero no lo lleva, sino que muestra su puño cerrado como símbolo de esa fuerza que en realidad no posee y que por tanto muestra de forma exagerada y puede que incluso un tanto intransigente a veces. Sin embargo, en la mano izquierda, sostiene una manzana. ¿La manzana embaucadora de Eva? No tiene por qué ser así, aunque hay quienes la utilizarían para manipular sin duda alguna. Plantéate tú para qué vas a utilizar la manzana. ¿Para conquistar con sutiliza en vez de con agresividad? ¿Para compartir el alimento que tienes y que otro pudiera necesitar? Ha llegado la hora de descubrirte y saber cómo estás dispuesto a actuar. Si te falta fuerza, busca en tu interior porque seguro que la tienes sin necesidad de imponerla de manera agresiva. Si te da miedo tu sensibilidad, comprende que es un valor que debes tener muy en cuenta y aprende a mostrarlo sin miedos ni reticencias.