Sopló sobre ellos y les dijo:- Recibid el Espíritu Santo. A quienes les perdonéis los pecados, Dios se los perdonará; y a quienes se los retengáis, Dios se los retendrá.
Jn 20, 22-23
El mundo será perdonado
cuando perdonemos de corazón a los demás.
No se trata de que Dios no nos perdone,
es que nosotros mismos no estamos dispuestos a perdonarnos,
ni a nosotros ni a nuestros hermanos.