viernes, 18 de septiembre de 2009

Algo más sobre el I Ching y el Oráculo del Tao


En un artículo anterior introduje algunas nociones sobre el antigo I Ching, así como el trabajo realizado por Ma Deva Padma de actualización y unión con cartas en el Oráculo del Tao.


Hoy me gustaría comentar un poquito sobre esos hexagramas que apuntábamos anteriormente. Decía que el I Ching se compone de 64 hexagramas; pero, ¿qué son esos hexagramas? Se trata de combinaciones de seis líneas que forman determinados dibujos de acuerdo a los ideogramas chinos. Esas líneas, en principio son de dos tipos: abiertas y cerradas.


Línea abierta


Línea cerrada

¿Cómo se obtienen estas líneas? Tengo entendido que según el sistema tradicional se utilizan tallos de milenrama, pero, normalmente, los advenedizos occidentales como yo usamos tres monedas que lanzamos al aire y sumamos el resultado de acuerdo a lo que va apareciendo. En mi caso particular, el lado de la moneda que podemos llamar "cara" tiene un valor de 3; y el denominado "cruz" es 2. Si lanzamos 3 monedas 6 veces pidiendo un determinado consejo, nos pueden aparecer líneas según los siguientes resultados: líneas que valgan 6 puntos, 7, 8 o bien 9. Aunque dicho así parece muy complicado, os aseguro que no lo es en absoluto.

Antes de seguir, me gustaría decir que cuando tiramos una vez debemos dibujar en un papel la línea que ha aparecido. La segunda tirada hará que dibujemos su línea correspondiente encima de la anterior.. y así sucesivamente hasta obtener un dibujo, como por ejemplo éste:



Por tanto, según las monedas que vamos lanzando podrían darse estos resultados.

El 6 nos dibujaría una línea abierta.
El 7 nos dibujaría una línea cerrada.

El 8 nos dibujaría una línea abierta.

El 9 nos dibujaría una línea cerrada.


Entonces, seguro que os estáis preguntando por qué existen dos líneas abiertas y dos cerradas si parece una redundancia. Pues ahí está el gran secreto del I Ching: la Mutación, la Transformación, el Cambio.

Existen líneas que mutan y líneas que no mutan. Tanto el valor 6 como el 9 mutan, mientras que el 7 y el 8 permancen inalterables. ¿Qué quiere decir eso?


Como dijimos el I Ching nos dice que hay un momento propicio para cada tipo de actuación en el que conviene o no actuar. Así cuando preguntamos sobre algo, se nos puede dar una respuesta única, o bien una respuesta que nos conduce al posible paso siguiente. Es decir, cuando hacemos las consultas y tiramos las monedas, vamos dibujando las líneas que van apareciendo y, a su lado iremos dibujando un segundo hexagrama que puede ser idéntico al primero o variar en algo.


Como todo es más fácil con un ejemplo, vamos a considerar el hexagrama que he colocado al inicio. ¿Cómo podrían haberse obtenido estas líneas? De varias maneras. La primera (la inferior) podría provenir de un 7 o de un 9; en el caso de que proviniera de un siete, dibujaríamos a su lado el comienzo de un hexagrama totalmente idéntico, es decir, sin variación alguna; pero en el caso de que el resultado vinera de un 9, a su lado dibujaríamos una línea abierta de valor 6. Y así con todas las líneas, con lo cual podria surgir un nuevo hexagrama que nos ampliará la información y nos dirá que haríamos bien deteniéndonos en el significado concreto de esas lineas que han mutado.

Ma Deva Padma, en su Oráculo del Tao, simplifica incluso esta forma de lanzar las monedas, así que, si estáis interesados os animo a experimentar con sus hermosísimas cartas.

Aquí os muestro un ejemplo de ellas. Cada carta tiene un texto muy profundo así como diferentes consejos según las líneas que van apareciendo.

De forma, muy, pero que muy simplificada os invito a reflexionar sobre esta carta llamada EL ANTAGONISMO. En esta carta, se nos habla de esos puntos de vista opuestos que provocan malentendidos; pero se nos invita a reflexionar sobre algo mucho más profundo. Ante una disparidad de criterios, norlmalmente se suele creer que uno tiene la razón sobre el otro, y, de hecho, aquí vemos a una figura con la cabeza hacia arriba (donde debe de estar) y la otra con la cabeza para abajo. Pero observa bien, si giras la carta ¿qué sucede? Sí, la que estaba boca abajo pasa a estar arriba y la que se sostenia en alto pasa a estar de cabeza. ¿Ves? El hecho de que exista una disparidad de criterios, a lo mejor nos está diciendo que sencillamente valoremos eso; que cada uno tiene un punto de vista diferente pero que eso no nos hace ni mejores ni peores.


La otra carta que he elegido para traer a este espacio para la reflexión es una que me gusta mucho y que se llama LA DURACIÓN. Vemos, a semejanza de la serie de Monet con sus series de la catedral de Rouen bajo diferente luz, una montaña bajo los efectos de diversa climatología; sin embargo, a pesar de los mismos, la montaña permenece inalterable y constante; ella no va a dejar de ser quien es por muchos vientos contrarios que corran, ella permanece fielmente erguida.


¿No os parecen muy hermosas esas cartas y este contenido del I Ching? ¡A mí me fascinan!