Como ya hemos visto en otros artículos, en el Tarot Zen de Osho, los Bastos son vistos como el elemento Fuego; es decir, la energía; mientras que las Espadas se corresponden con lo que aquí se llaman Nubes y se relacionan con la mente que a veces tiene la claridad del cielo y otras se oscurece por el paso momentaneo de alguna que otra nube.
El diseño que nos ofrece Ma Deva Padma para el Cinco de Fuego, nos muestra la imagen de tres equilibristas; dos enganchadas a su trapecio, mientras la tercera no tiene trapecio que la sostenga y debe confiar y buscar el apoyo de sus compañeras. La carta recibe el nombre de TOTALIDAD; y si la comparamos con el Cinco de Bastos visto en el artículo anterior, podemos ver que se trata de un empeño enérgico en la consecución de algo que exige esfuerzo pero también, y ésta es la clave de esta carta, unidad de acción y concentración en la tarea.
A la hora de actuar, cada uno debe de asegurar muy bien sus movimientos, ya que el mal uso de uno de ellos puede hacer fracasar toda la acción. Estar totalmente volcado en la tarea, y estar bien atento a todos los frentes, así como a los ayudantes, se hace prioritario. No es una tarea solitaria, pues sea lo que sea lo que uno tiene entre manos, también se relaciona con otros y deben buscarse esos apoyos, ese trabajo mutuo, ese empeño a favor de la meta y no en contra de la misma. Nadie puede hacer dejación de sus propios deberes si tiende a un determinado objetivo, y nadie puede dejar de lado la concentración en la tarea. Como se dice en las cartas de Osho: "nadie puede darse el lujo de estar ausente en lo más mínimo, ni siquiera por una fracción de segundo".
¿Recuerdas el Cinco de Espadas? En aquella carta se nos hablaba de una confrontación no demasiado noble, en la que los intereses de cada uno de los contendientes se podían haber desvirtuado tanto que incluso pudieran hacerse daño a sí mismos con tal de situarse como aparentes vencedores; aunque la realidad final mostrara que no existía tal victoria.
¿Recuerdas el Cinco de Espadas? En aquella carta se nos hablaba de una confrontación no demasiado noble, en la que los intereses de cada uno de los contendientes se podían haber desvirtuado tanto que incluso pudieran hacerse daño a sí mismos con tal de situarse como aparentes vencedores; aunque la realidad final mostrara que no existía tal victoria.
Aquí nos encontramos con la imagen del tallo de un bambú y el tronco de un roble. ¿Cuál es mejor? ¿Cuál de ellos es más fuerte? ¿Cuál de los dos resulta más útil? Todas estas preguntas surgen del título de esta carta Cinco de Nubes, la COMPARACIÓN. Estamos comparando a dos seres distintos; cada uno tiene sus propias cualidades y no existen mejores y peores rasgos si cada uno se encarga de desarrollarlas de acuerdo a su naturaleza. ¿Cuándo existe el problema? Cuando el roble quiere ser bambú y el bambú se empeña en ser roble. Entonces, sus cualidades se verán reducidas porque no forman parte de su esencia, y sí de las ansias de lucha y de poder por propio egoísmo.
Existe un dicho muy certero en el que se expresa muy bien esta idea: "las comparaciones resultan odiosas". Y yo añadiría algo más: las comparaciones engendran la semilla del odio.
Valora lo que eres, valora lo que es el otro, y, AGRADECE. no hay necesidad de comparar para agraviar, lo necesario es descubrir y desarrollar las propias capacidades y no usurpar las del otro y dejarlas marchitar.