jueves, 18 de noviembre de 2010

Siete de Agua y Siete de Arco Iris en el Tarot Zen de Osho.- Meditando con las cartas del Tarot


El Siete de Emociones del Tarot Zen de Osho recibe el nombre de PROYECCIONES. ¿Y qué es proyectar?

En psicología tiene el siguiente significado. Se considera que una persona está proyectando cuando en vez de ver lo que realmente sucede en el exterior, ve un recuerdo de algo. Me explico. Imagina que en un tiempo conociste a una persona que se llamaba Antonio, por decir algo, que era rubio y que se mostraba muy irrespetuoso contigo; puede ocurrir que con los años conozcas a otro Antonio que curiosamente también sea rubio y que cuando por alguna cosa no te dé la razón, automáticamente tu mente traiga a la memoria el recuerdo de tu "maltratador" y acuses a esta segunda persona, que sólo intenta mostrar su punto de vista tan respetable como el tuyo, de ser prepotente y de pretender humillarte. ¿Queda claro? Pues eso es una manifestación de PROYECCIÓN psicológia.

Desgraciadamente son muchas las veces en las que proyectamos sin darnos cuenta, y reaccionamos más de acuerdo con nuestra memoria emocional, que con la realidad objetiva que se nos muestra. 

Esta carta puede estar advirtiendote de que estás viviendo en un mundo de fantasía; sea ésta buena o mala, lo cierto es que es una mera quimera. Tienes que despertar y ver y escuchar al otro, en lugar de centrarte en tu propia experiencia de vida. ¿No te das cuenta de que el otro también tiene una experiencia que no tiene que regirse necesariamente por la tuya? 


La PACIENCIA es el nombre que define al Siete del Arco Iris del Tarot Zen de Osho. Y paciencia es la que necesita una mujer embarazada. No puede ver al bebé, sino confiar en que está ahí, aún sin verlo, y luego observar cómo su vientre va creciendo. De nada sirve precipitarse, sino que lo único válido aquí es saber esperar, y alimentar adecuadamente esa espera. 

Y mientras esperamos, aprender a reconocer los tiempos, aprender a observar el desarrollo de la vida que nunca es igual sino que se mantiene en un constante movimiento. Aprender a sembrar gozo en el alma mientras se espera, a permitir que la semilla germine sin ponerle obstáculos ni acelerarla. 

Todo debe ir a su propio ritmo. Permitir que obre la Sabiduría de la Vida, sin ansiedades, sin angustias, tratándonos amorosamente mientras dure la espera, y poniéndonos en disposición de aceptar lo que venga.

¿Qué está a punto de aparecer en tu vida? ¿Has sembrado cuidadosamente la semilla? ¿Has cuidado su crecimiento? Entonces, no te apures, lo que haya de ser será.