Una característica de esta carta es la fascinación y el fanatismo.
Con la fascinación uno puede quedar prendido a ideas no demasiado reales, y con el fanatismo puede llegarse a la obsesión. Por tanto, la carta puede estar advirtiendo de ese peligro. Con esta carta se puede estar diciendo que la persona está dominada por un pensamiento o sentimiento demasiado obsesivo que le hace no ver la realidad e ir en pos de una imagen ideal pero no necesariamente real.
Fíjate en la figura. Nos muestra una flor hermosa. No es que la flor no lo sea, pero deberíamos poner atención en el fuego que la ilumina para así poder ver con toda claridad, además de sus pétalos suaves y aterciopelados, las espinas que también esconde su tallo.
Salir de la obsesión, de la irrealidad, se hace necesario. Y para ello lo mejor es aplicar la luz del conocimiento.
No hay que dejarse embaucar. A veces deseamos tanto las cosas que no las contemplamos en todos sus verdaderos aspectos, y nos lanzamos a decisiones de las que podemos arrepentirnos luego.
No te quedes en lo externo, y permítete sentir y experimentar la realidad, así como aplicar un conocimiento lúcido en vez de uno lleno de hermosos fuegos artificales destinados a dejar de iluminar tras un breve periodo de tiempo.