La carta en la que nos vamos a fijar hoy recibe el nombre de LA FAMILIA en el Oráculo El Symbolon. Quizá este título y una mirada precipitada al diseño pudieran sugerir algo que realmente no correspode a todo lo que esta carta implica. Vamos a verla detenidamente.
No, yo no creo que se nos muestre una pareja felizmente unida y con un hijo que ambos comparten ilusionados. No, definitivamente no es eso de lo que nos habla. Si nos detenemos más en las posiciones de los personajes, es probable que nos vayamos dando cuenta de lo que realmente muestra esta carta.
La mujer está arrodillada frente al hombre, ofreciéndole su hijo. El hombre, arrodillado también, pero no ante ella, sino ante el niño, parece deseoso de recibirlo. La escena, además, nos dibuja un río para hacernos ver el sentido emocional de esta carta.
Bien pudiera ser que éste no sea el padre biológico del niño, sino que es alguien que desea tener un hijo y acepta el de una mujer que ha decidido deshacerse de él.
Así que las cosas no son tan bonitas como parecían al principio, ¿verdad? Entonces, ¿cuál podría ser el mensaje de esta carta?
Cuando dos seres se unen, ya sea en una relación amorosa, en una relación de amistad, o incluso en un asunto de negocios, hay que tener en cuenta que de los dos personajes que buscan esa relación surge ineludiblemente lo que los autores de este Oráculo llaman "una tercera fuerza", aquí representada en la figura de un niño.
¡Cuántas veces no tenemos en cuenta esto y valoramos todo de manera independiente, sin percatarnos de esa tercera fuerza de la que no podemos desentendernos!
La responsabilidad ante los vínculos que se crean y sus frutos, sean éstos del carácter que sean, es uno de los mensajes más evidentes de esta carta. Cuando dos seres se comunican, además del tú y del yo surge una tercera fuerza que es más que la suma de los dos, una tercera fuerza que debemos tener muy, pero que muy en cuenta, en vez de abandonarla en unas manos distintas de las nuestras.
No, yo no creo que se nos muestre una pareja felizmente unida y con un hijo que ambos comparten ilusionados. No, definitivamente no es eso de lo que nos habla. Si nos detenemos más en las posiciones de los personajes, es probable que nos vayamos dando cuenta de lo que realmente muestra esta carta.
La mujer está arrodillada frente al hombre, ofreciéndole su hijo. El hombre, arrodillado también, pero no ante ella, sino ante el niño, parece deseoso de recibirlo. La escena, además, nos dibuja un río para hacernos ver el sentido emocional de esta carta.
Bien pudiera ser que éste no sea el padre biológico del niño, sino que es alguien que desea tener un hijo y acepta el de una mujer que ha decidido deshacerse de él.
Así que las cosas no son tan bonitas como parecían al principio, ¿verdad? Entonces, ¿cuál podría ser el mensaje de esta carta?
Cuando dos seres se unen, ya sea en una relación amorosa, en una relación de amistad, o incluso en un asunto de negocios, hay que tener en cuenta que de los dos personajes que buscan esa relación surge ineludiblemente lo que los autores de este Oráculo llaman "una tercera fuerza", aquí representada en la figura de un niño.
¡Cuántas veces no tenemos en cuenta esto y valoramos todo de manera independiente, sin percatarnos de esa tercera fuerza de la que no podemos desentendernos!
La responsabilidad ante los vínculos que se crean y sus frutos, sean éstos del carácter que sean, es uno de los mensajes más evidentes de esta carta. Cuando dos seres se comunican, además del tú y del yo surge una tercera fuerza que es más que la suma de los dos, una tercera fuerza que debemos tener muy, pero que muy en cuenta, en vez de abandonarla en unas manos distintas de las nuestras.