viernes, 7 de noviembre de 2008

"Déjà-vu"


Cuando yo tenía unos diez años, en una ocasión nuestros padres nos regalaron a mi hermana y a mí un juego llamado "Las Estrellas Chinas", se trataba de un tablero con unas fichas y que se desarrollaba de una forma parecida a las "Damas".

Al poco tiempo unos amigos de mis padres vinieron a verles y trajeron a sus hijas con ellos. Lógicamente, allí sacamos nuestro flamante tablero de Estrellas Chinas y nos pusimos a jugar.

Entonces sucedió algo que nunca pude olvidar. En un momento del juego, me di cuenta con una claridad rotunda de que aquella misma imagen con todas alrededor del tablero y realizando unos movimientos determinados ya la había visto yo. Incluso al mover una de las fichas, sabía que no era una buena jugada, pero algo me impedía rectificar. Las miré a todas, miré el tablero, miré las fichas, y cada vez tenía más y más claro que todo aquello, en aquella misma disposición, yo ya lo había vivido.

Me quedé muy pensativa y traté de hallar una respuesta que me aclarara una experiencia tan singular. La que me vino de manera lógica fue que seguramente confundía lo que habíamos vivido aquella tarde con otro acontecimiento anterior. Pero cuando analicé todo más detenidamente, me di cuenta de que eso era imposible:

1.- El juego no lo teníamos antes; nos lo acababan de regalar.
2.- Las niñas que habían venido, no eran una visita habitual, y no habían tenido la oportunidad de conocer este tablero previamente.

La sensación que experimenté me acompañó mucho tiempo. Con los años supe que aquella experiencia tenía un nombre: "Déjà Vu" (lo ya visto antes). Y muchas personas hablaban de experiencias similares: las visitas a determinados lugares por primera vez y experimentar la sensación clara de conocerlos y haber estado allí antes son un ejemplo muy común.

Para este fenómeno se han buscado multitud de respuestas; incluso hay quienes más o menos vienen a decir que se trata de comparaciones y recreaciones de otros acontecimientos similares. Yo no puedo estar de acuerdo con esta explicación porque mi vivencia lo desmiente; sé muy bien lo que experimenté y no había posibilidad de comparación posible.

Entre las diversas explicaciones, yo me quedo con una que me parece ciertamente acogedora y aclaratoria. Algunos dicen (Brian Weiss es uno de ellos) que se trata de una confirmación de que estás siguiendo el camino destinado para ti. Desde entonces, estas experiencias tienen para mí una sensación de tranquilidad en vez de turbación, pues me confirman que, al menos, algo estoy haciendo bien; y eso, en determinados momentos, cuando la duda nos cerca y nos sentimos abatidos, es algo muy pero que muy de agradecer.