Hoy vamos a hablar de una de esas cartas que normalmente echan para atrás. Se trata del Arcano Número XIII, cuyo sólo nombre o imagen provoca todo tipo de terror.
Me gustaría señalar que el miedo que inspira no está totalmente justificado, pues no se trata de la muerte física, aquello a lo que todos temen cuando aparece en una consulta. Se trata de un final, eso sí; de un final bastante definitivo en el que algo se abandona para comenzar nuevamente en otra dirección. ¿Esto es malo? ¿Es bueno? Pues todo depende de a qué final esté haciendo referencia esta carta. Si se anuncia el final de un trabajo en el que alguien no acaba de encajar ni de sentirse a gusto, es algo para felicitarse. Si se trata de alguien que hasta el momento ha transitado por la vida dando tumbos de aquí para allá y sin encontrarse; la Carta número XIII podría indicarle que por fin está en el camino de la madurez, dejando atrás sus dudas y sus vacilaciones.
Me gustaría señalar que el miedo que inspira no está totalmente justificado, pues no se trata de la muerte física, aquello a lo que todos temen cuando aparece en una consulta. Se trata de un final, eso sí; de un final bastante definitivo en el que algo se abandona para comenzar nuevamente en otra dirección. ¿Esto es malo? ¿Es bueno? Pues todo depende de a qué final esté haciendo referencia esta carta. Si se anuncia el final de un trabajo en el que alguien no acaba de encajar ni de sentirse a gusto, es algo para felicitarse. Si se trata de alguien que hasta el momento ha transitado por la vida dando tumbos de aquí para allá y sin encontrarse; la Carta número XIII podría indicarle que por fin está en el camino de la madurez, dejando atrás sus dudas y sus vacilaciones.
La Muerte anuncia un final; un final hasta cierto punto definitivo, pero algo termina para dar paso a otra cosa nueva. En realidad podríamos considerarla como el anuncio de una transición. Algo semejante a la Rueda de la Fortuna, pues también indica un cambio; pero quizá más drástico y rotundo.
De cualquier manera, parece algo generalizado el hecho de que los finales, aunque sean positivos y necesarios, no acaban de gustar porque inspiran temor. Al fin y al cabo, mal que bien, uno termina por acostumbrarse a sus circunstancias y no le acaba de convencer el hecho de tener que zanjarlas. En esta carta, eso queda muy bien reflejado; ante la imagen de la Muerte galopando en su caballo, unos se aterran, otros se someten, etc., etc. Terminar el colegio, para muchos es una tragedia porque tienen que abandonar a sus amigos y empezar en un nuevo lugar del que todavía no conocen nada; pero ¿seguirían disfrutando de la vida de colegial una vez cumplidos los 50 años?; ¡seguro que no!
Osho nos muestra una visión más positiva en su interpretación para este Arcano. El nombre ya lo dice todo: LA TRANSFORMACIÓN.
En las cartas de Osho, diseñadas por Ma Deva Padma, vemos una figura sentada sobre algo que parece una flor. Si miramos más detenidamente, veremos una cabeza tumbada sobre la flor. Esa flor podría ser un loto, ya que nace en el fango pero se convierte en pura belleza iluminada.
La figura que está sentada, podemos ver que cuenta con múltiples brazos, con los que sostiene diversos elementos simbólicos. El mismo Osho nos dice que la espada es un utensilio que sirve para cortar lo falso, lo ilusorio. En otra de sus manos, la figura lleva una serpiente que, aunque en nuestra cultura suele estar mal vista, hemos olvidado un significado importante de la misma: es símbolo de rejuvenecimiento a través de sus cambios de piel. En otra de sus manos lleva una cadena, como símbolo de las ataduras que se abandonan. También sostiene el símbolo que ya resulta muy familiar del yin y el yang, como la unión de los opuestos; la unión de lo complementario. La flor, como una nueva vida radiante y esplendorosa. Y por último, el hermoso Ave Fénix que renace de sus cenizas más fuerte y vigoroso.
Para transformarse, uno debe dejarse ir, dejar que algo termine para renacer. Me gustaría terminar con estas frases de Osho: "La transformación viene como la muerte, a su propio tiempo. Y, como la muerte, te toma de una dimensión a la siguiente".
De cualquier manera, parece algo generalizado el hecho de que los finales, aunque sean positivos y necesarios, no acaban de gustar porque inspiran temor. Al fin y al cabo, mal que bien, uno termina por acostumbrarse a sus circunstancias y no le acaba de convencer el hecho de tener que zanjarlas. En esta carta, eso queda muy bien reflejado; ante la imagen de la Muerte galopando en su caballo, unos se aterran, otros se someten, etc., etc. Terminar el colegio, para muchos es una tragedia porque tienen que abandonar a sus amigos y empezar en un nuevo lugar del que todavía no conocen nada; pero ¿seguirían disfrutando de la vida de colegial una vez cumplidos los 50 años?; ¡seguro que no!
Osho nos muestra una visión más positiva en su interpretación para este Arcano. El nombre ya lo dice todo: LA TRANSFORMACIÓN.
En las cartas de Osho, diseñadas por Ma Deva Padma, vemos una figura sentada sobre algo que parece una flor. Si miramos más detenidamente, veremos una cabeza tumbada sobre la flor. Esa flor podría ser un loto, ya que nace en el fango pero se convierte en pura belleza iluminada.
La figura que está sentada, podemos ver que cuenta con múltiples brazos, con los que sostiene diversos elementos simbólicos. El mismo Osho nos dice que la espada es un utensilio que sirve para cortar lo falso, lo ilusorio. En otra de sus manos, la figura lleva una serpiente que, aunque en nuestra cultura suele estar mal vista, hemos olvidado un significado importante de la misma: es símbolo de rejuvenecimiento a través de sus cambios de piel. En otra de sus manos lleva una cadena, como símbolo de las ataduras que se abandonan. También sostiene el símbolo que ya resulta muy familiar del yin y el yang, como la unión de los opuestos; la unión de lo complementario. La flor, como una nueva vida radiante y esplendorosa. Y por último, el hermoso Ave Fénix que renace de sus cenizas más fuerte y vigoroso.
Para transformarse, uno debe dejarse ir, dejar que algo termine para renacer. Me gustaría terminar con estas frases de Osho: "La transformación viene como la muerte, a su propio tiempo. Y, como la muerte, te toma de una dimensión a la siguiente".