viernes, 14 de noviembre de 2008

LA TEMPLANZA (Rider Waite) y LA INTEGRACIÓN (Osho Zen): Meditando con las Cartas del Tarot

El Arcano número XIV en el Tarot Rider Waite recibe el nombre de LA TEMPLANZA, y qué duda cabe que su imagen es muchísimo más reconfortante que el número que le antecede.


Si vemos el recorrido de los diferentes Arcanos Mayores, desde el número 0 hasta el XXI, podríamos considerarlo como el progreso del ser humano, y por tanto, empieza sin complicaciones, pero, a medida que transcurre el tiempo, van apareciendo muchos aspectos que hay que ir integrando. Y, precisamente Osho, en su Tarot Zen, llama a esta carta INTEGRACIÓN.

En la baraja Rider Waite, se nos muestra la figura de un ángel con sus alas abiertas, un hermoso halo, y una luz en lo que podríamos imaginar como alusión al famoso tercer ojo. En su corazón lleva un triángulo como símbolo de unión entre lo material y lo espiritual; una tarea acometida por los ángeles que nos comunican los mensajes del Cielo.

El ángel porta en sus manos dos copas, y vierte el líquido sanador y purificador de una copa en la otra. Trae la curación del cielo a la tierra. Se trata del Ángel Sanador que cura cualquier quiebra, ya sea debido a una mala salud física como a una mental o espiritual.

Esta carta nos habla de armonía y de curación. Si nos fijamos en sus pies, vemos que uno se introduce en el agua, mientras el otro se apoya en la tierra; es decir, el ángel sabe asentarse sobre los dos elementos y los armoniza dedicándoles un tiempo y una paciencia amorosa. El agua, en el Tarot, simboliza las emociones; y la tierra nos habla del elemento pragmático donde nos apoyamos. A veces luchamos encarnizadamente entre estos dos elementos, sin darnos cuenta de lo mucho que contribuyen el uno en el otro como amigos, en lugar de enemigos.

El ángel nos trae esa paz sanadora, sin prisas y sin pausas. La armonía como fuente en la que debe sustentarse la vida.

Ma Deva Padma, en el Tarot Zen de Osho nos lo recuerda con sus diseños para reflejar esta INTEGRACIÓN.

El ser humano vive en una dualidad que tiene que comprender y ajustar. Al fin y al cabo ¿qué es la enfermedad sino la quiebra de la armonía? El Arcano número XIV, nos habla de una sanación que puede darse a través del restablecimiento de la armonía. El Ángel Sanador que veíamos en los diseños Rider Waite, y ahora en éste de Ma Deva Padma.

Diferentes símbolos nos hablan de esa integración que es necesario alcanzar, como vemos en esa hermosa piedra preciosa que brilla mostrando todos los colores del espectro luminoso.

La figura lleva en sus manos el símbolo del yin y el yang, como unión de los opuestos. El lado que representa el yin, sostiene un puntito del yang en sí mismo, y viceversa. Ahí está el equilibrio. El sol y la luna no son tan opuestos como parece; al fin y al cabo la luna se nutre de la luz del sol, y el sol puede, con la pequeña ayuda de la luna, reflejarse sobre la Tierra. El águila como símbolo del poder y la fortaleza, puede encontrar su punto de unión con el cisne, como símbolo de la pureza. La serpiente enroscada, símbolo de curación, de la muerte y la resurrección a través de sus mudas y de su enroscamiento en un ciclo sin fin.

Integrar en vez de oponer. Ésa es la lección.