viernes, 31 de octubre de 2008

Viktor Frankl: El hombre en busca de sentido

Ante todo, mis disculpas por la extensión de este artículo; pero no encontré la forma adecuada de dividirlo sin que perdiera su hilo conductor. Espero que, aun a pesar de su extensión, lo encontréis de provecho.


Durante muchos años vino a mí el conocimiento de un libro y una persona del que muchos me hablaban. Sin embargo, por una razón u otra fui demorando la lectura del libro, hasta que ha llegado el momento de hacerlo apenas hace un mes.

El autor se llama VIKTOR FRANKL, y el libro "El hombre en busca de sentido". Para quienes no lo conozcan decirles que Vickor Frankl fue un neurólogo y psiquiatra austriaco que sobrevivió a un campo de concentración nazi. A partir de sus experiencias en dicho campo, y de la convivencia con el hombre llevado al límite, esbozó una teoría y una práctica psiquiátrica llamada LOGOTERAPIA (palabra que viene a significar terapia que busca el sentido de la vida).

A Viktor Frankl se le hizo muy palpable el hecho de que para vencer las dificultades, el ser humano necesita motivación y un sentido de la existencia. Y a ello dedicó sus esfuerzos.

El libro cuenta sus experiencias como prisionero y la degradación y superación del ser humano. Además ofrece algunos apuntes muy breves sobre su sistema.


Lo que más me impresionó fue algo que plantea de forma muy aguda. Él dice que siempre le pedimos algo a la vida, pero que nunca nos detenemos a preguntarle a la vida qué nos pide ella a nosotros. Y es así; queremos esto y lo otro, pero ¿qué desea ella para nosotros?; en realidad ¿puede desearnos algo para lo que no estemos preparados o no sepamos disfrutarlo? No lo creo.

Viktor Frankl enfrenta a sus pacientes con su propia resposabilidad. Porque Frankl no parece haber caído en el victimismo sino en la superación. No es él quien decide por el paciente o cliente, sino que le confronta con el propio sentido de su vida; algo que nadie debe darle sino que él debe encontrar. Según sus propias palabras:


"La logoterapia intenta que el paciente cobre conciencia plena de sus responsabilidades personales; en consecuencia, le fuerza a elegir por qué, de qué o ante quién se siente responsable. Por eso el logoterapeuta, entre los distintos psicoterapeutas, es el menos inclinado a imponer a sus pacientes algún juicio de valor, porque jamás permitirá que una persona transfiera al médico la responsabilidad de juzgar su propia existencia".

Por lo que da a entender se trata de una terapia que exige una gran actividad del paciente y no un mero escuchar y obedecer. Se trata de enfrentarlo a una ética y no a un molde ya estructurado. Una terapia que parece muy adulta.

Hace mucho hincapié en el sentido de la responsabilidad, no sólo hacia uno mismo y sus valores, sino hacia los demás, como puede verse en este párrafo:


"Al declarar al hombre un ser responsable y capaz de descubrir el sentido concreto de su existencia, quiero acentuar que el sentido de la vida ha de buscarse en el mundo y no dentro del ser humano o de su propia psique, como si se tratara de un sistema cerrado. La misma argumentación permite afirmar que la auténtica meta de la existencia humana no se cifra en la denominada autorrealización".

Sí, porque para Frankl existe un abuso del término AUTORREALIZACIÓN; una palaba que se usa en demasía con cierto sentido hedonista, olvidando la responsabilidad del ser humano para quienes le rodean. Frankl parte de un sentido de superación personal pero con una base muy profunda de responsabilidad por los demás. Así lo explica él:

"La autorrealización por sí misma no puede situarse como meta. No debe considerarse el mundo como simple expresión de uno mismo, ni tampoco como mero instrumento, o como un medio para con­seguir la ansiada autorrealización . En ambos casos la visión del mundo se convierte en menosprecio del mundo."

Para Frankl, que lo vivió muy de cerca (en aquellos campos perdió a sus padres, a su esposa y al hijo que no pudo nacer), el sufrimiento tiene un lugar importante sobre el que es preciso reflexionar. Incluso entiende que el sufrimiento puede utilizarse en beneficio propio y de la colectividad. Dice Frankl:


"El sufrimiento evitable debe combatirse con los remedios oportunos; el no hacerlo así seria síntoma de masoquismo, no de heroísmo. La psicoterapia tradicional tiende a restaurar en la persona la capacidad para el trabajo y para disfrutar de la vida. Esos objetivos son compartidos tambien por la logoterapia, aunque avanza un paso más al pretender que el paciente recupere su capacidad de sufrir, si fuera necesario, y por ello encontrarle un sentido al sufrimiento".

Por último me gustaría detenerme en algo que me parece extraer de las ideas de Viktor Frankl. Creo que para él era importante destacar que el sentido de la vida no debía ceñirse única y exclusivamente a la búsqueda y disfrute de aquello que da placer, sino, sobre todo, al cumplimiento del deber:


"Cuanto más se afana el hombre por conseguir la autorrealización más se le escapa de las manos, pues la verdadera autorrealización solo es el efecto profundo del cumplimiento acabado del sentido de la vida. En otras palabras, la autorrealizacion no se logra a la manera de un fin, mas bien como el fruto legítimo de la propia trascendencia".

A veces pienso si no nos habremos olvidado demasiado de que nuestra vida no nos pertenece únicamente a nosotros mismos. ¿Dónde quedó el sentido de ser miembros de una colectividad adulta y mejorable gracias al esfuerzo de cada uno?