Llegamos al DOS DE BASTOS en la baraja Rider Waite. En ella vemos a un hombre bien asentado en una zona alta de la ciudad que muy bien podría ser su propia mansión; es decir, un lugar familiar y conocido desde el cual contempla el paisaje que se extiende ante él. Dos varas lo franquean; una la toma con su mano izquierda (la zona que representa lo intuitivo, lo interno), mientras que la otra permanece en pie a su lado derecho (la que representa la zona activa, lo externo). Con la mano de la derecha sostiene una bola del mundo.
¿Qué nos puede estar diciendo esta carta? Por lo pronto, la persona parece contemplar diversas posibilidades y delimitar los caminos para llegar a ellas. Su intuición le dice cosas, pero la acción permanece parada. Por algún motivo, en principio externo, no necesariamente de él aunque pudiera serlo, la acción permanece estancada.
A veces uno necesita una perspectiva que le permita dilucidar qué camino debe seguir. La persona puede tener diversos deseos y necesita valorar cómo enfocarlos antes de ponerse en acción. Pero el movimiento durante un tiempo parece estancado por dos razones: una, la principal a mi modo de ver en esta carta, por razones externas; es decir, alguien o algo no se lo pone fácil al consultante, quizá porque aún no es el momento adecuado de iniciar el movimiento. Otra, por la misma persona que o bien no se decide a actuar o bien se da cuenta de que debe estudiar más las posibilidades y esperar el momento apropiado para comenzar el avance.
Osho y Ma Deva Padma en el Tarot Zen, nos muestra un paisaje más amplio; además, en este Tarot, la figura ha sido diseñada como un águila. Alguien emprendedor y que tiene el coraje suficiente para observar todo el terreno en lugar de quedarse en lo más fácil, y, una vez distinguido claramente el objetivo, lanzarse a él directamente.
La carta ¡cómo no! recibe el nombre de POSIBILIDADES. Unas posibilidades que ahí están pero que hay que buscarlas y hay que moverse de la manera más adecuada para sacar el fruto de las mismas.