viernes, 12 de diciembre de 2008

CONDICIONAMIENTOS (Osho Zen) y el DIABLO (Rider Waite): Meditando con las Cartas del Tarot

Hoy vamos a cambiar el órden de la meditación con las cartas y las iniciamos por el Tarot Zen de Osho. Aquí, el Arcano XV recibe el nombre de CONDICIONAMIENTOS.

Vemos a un león entre un rebaño de ovejas. El león va vestido con una piel de oveja atada a su cuerpo. Parece que mira al rebaño con cierta perplejidad y aparente enfado. ¿Qué nos dice esta carta? Si estás pensando en mañas arteras por parte del león disfrazado de oveja para comérselas, andas muy equivocado. Es algo mucho más profundo que eso.

En realidad, esta carta nos cuenta la historia tratada de muy diversas maneras pero con un mismo fondo de "El Patito Feo". Se trata de alguien con una determinada naturaleza a quien, sin embargo, se le reprime ésta y se ve forzado a seguir los dictados de la sociedad en la que vive. Nadie quiere ver sus diferencias, así que lo disfrazan; y el león, pese a su perplejidad, no acaba de decidirse a tirar semejante disfraz que lo único que logra es anular su verdadera personalidad.

¿A cuántos condicionamientos te sientes enganchado? ¿Cuántos condicionamientos asumes para no encarar la verdad? ¿Por qué no te liberas?

En el Tarot Rider Waite, el Arcano XV se conoce como EL DIABLO. La imagen nos presenta una pareja encadenada bajo la vigilancia del diablo. Si te fijas, la carta es muy parecida a la de LOS ENAMORADOS, con la diferencia (entre otras muchas) de que en aquélla la pareja no estaba atada y quien los protegía era un hermoso ángel. ¿Qué nos dicen estas diferencias?

Por supuesto nos hablan de una falta de libertad. La persona está obsesionada y apegada a algo que lo hace su esclavo. Podríamos estar hablando de cualquier tipo de adicción: alcohol, comida, tabaco, drogas, sexo, relaciones opresivas, trabajos estresantes, cualquier tipo de conducta compulsiva. Todo ello nos habla de una falta de libertad que no ayuda a la persona. Enganches a los que uno se somete por diversas razones.

Me atrevería a señalar otra diferencia entre estas dos cartas. Mientras LOS ENAMORADOS se exponen desnudos a la luz pues actúan con total verdad y son conscientes de sus verdaderas elecciones; en el DIABLO lo que prima es la oscuridad que impide mostrar la realidad tal y como es; la persona está demasiado confusa para detectar a primera vista aquello que lo mantiene dominado.

Ante la aparición de esta carta en una meditación, es bueno preguntarse a qué nos sentimos encadenados, qué nos obsesiona, qué verdad hay tras las dificultades que parecemos sufrir en un momento dado. Nos exhortan a hacer luz en la oscuridad y descubrir en qué consisten las cadenas que nos atan y en qué lugar está la llave que puede liberarnos en el fondo de uno mismo.