sábado, 20 de diciembre de 2008

El Rayo (Osho Zen) y La Torre (Rider Waite): Meditando con las Cartas del Tarot

A veces uno parece tan aparentemente tranquilo y feliz, y de repente, es como si cayera un rayo conmoviéndolo todo hasta las entrañas.

Aquí, en el
Arcano XVI del Tarot Zen de Osho, conocido como EL RAYO, lo vemos con toda claridad. En el fondo la imagen de alguien en meditación. Poderosos rayos sobre él y personas cayendo por efecto de la convulsión dando vueltas entre el fuego.

¿Inquietante, verdad? Sin duda puede serlo, pero a estas alturas ya sabemos que se trata de advertencias para tener en cuenta y tomar las medidas adecuadas, ya sea para sobrellevarlas o para modificarlas.

A veces uno está tan dormido que es necesario darle un buen golpe para que despierte. Esto lo saben muy bien los maestros Zen; y este Tarot toma como modelo tal enseñanza así que no debe extrañarnos la aparente dureza, que sólo está ahí para que uno por fin despierte.

En el Rider Waite, el Arcano XVI recibe el nombre de LA TORRE. Se fija más en el objeto que recibe la convulsión que en el origen de dicho movimiento.

¿Por qué ha de caer un rayo en una torre tan hermosa? A lo mejor, sencillamente, porque nos hemos acostumbrado tanto a la Torre que ni le prestamos la menor atención.

Esta carta, en muchas ocasiones se identifica con un divorcio, por ejemplo. Aunque no es el único aspecto, sí me parece apropiada esta sugerencia para explicar el significado basándonos en algo muy concreto.

¿Anuncia un divorcio inminente? Podría ser, pero ¿quién tiene la capacidad para tomar esa decisión? Mucho me equivoco o la decisión depende de una pareja. Entonces, en lugar de pronosticar resultados, es importantísimo detenerse en el aviso que se nos hace: hay una gran crisis, se ha desatado la tormenta, pero la dirección que ésta lleve tiene muchísimo que ver con tu forma de manejar la situación. Ante este aviso, uno se pone a pensar; incluso diría más, se pone a SENTIR, y pondera todo lo que puede perder si no se pone de inmediato a trabajar en la solución de su situación. A modo de ejemplo, ¿es bastante claro, no?


La Carta nos habla de salir de nuestra cerrazón; nos avisa de que si uno no está dispuesto a hacerlo, el Cielo puede asumir la tarea de ayudarle provocándo una convulsión. En definitiva sería: ¿colaboras en solucionar la situación o provocamos una tormenta para que te des cuenta?

La decisión es, por el momento, tuya. ¿Qué vas a hacer al respecto? ¿Merece la pena intentar salvarse de la tormenta? ¿Sí? Pues, entonces, ¡adelante! De una crisis vivida y resuelta con plena conciencia, uno sale enormemente vivificado.