lunes, 8 de diciembre de 2008

María y José - Parte I

Aprovechando la celebración de estas fechas navideñas, me gustaría hacer algunos comentarios sobre dos figuras que me parecen ser bastante maltratadas, ya sea por exceso como por defecto: María y José. Como, a la hora de ponerme a escribir sobre este tema, veo que se me mueven los dedos en demasía sobre el teclado, creo que lo voy a ir repartiendo en diferentes entregas para no agotar la paciencia de tan queridos amigos lectores. Comenzamos.

Ante todo decir que me parece muy importante fijarnos en estas dos figuras porque me temo que reina demasiado desconocimiento sobre muchas cosas, y eso nos hace ofuscarnos con afirmaciones y negaciones que lo único que hacen es ampliar una falta de base que se va extendiendo a lo largo del tiempo según yo lo veo (y no me refiero sólo a asuntos que competen a la religión sino a tantos otros...).

Poco se sabe sobre la Virgen María. No nos engañemos, los Evangelios tratan más el fondo místico y religioso del mensaje de Jesús, que la recopilación histórica o biográfica. Los Evangelios no parecen escritos con la intención de dar a conocer situaciones íntimas o sociales de una cultura para que sea conocida por otra. Así nos quedamos con multitud de incógnitas, pues quienes conocían algo más de hechos que ahora buscamos ansiosamente, no los consideraron dignos de mención: lo importante era el mensaje de Jesús más que sus circunstancias.

Estas circunstancias fueron añadidas a lo largo de los siglos, pero no parece que procedan de antes. Incluso los Evangelios Apócrifos, tan de moda en nuestros días y que suelen colocarse todos en el mismo saco desconociendo procedencias y épocas, no fueron escritos hasta mucho tiempo después, al menos la mayoría.

Así que la conclusión es que desconocemos muchos detalles que ahora valoramos enormemente. También es verdad que nuestra sociedad es muy personalista, mientras que en épocas anteriores se miraba más por lo colectivo. Así, por ejemplo, hoy en día se valoran los nombres de autores literarios que se consideran muy prestigiosos y lo queremos saber todo sobre ellos (con o sin su permiso); mientras que, por ejemplo, en la Edad Media, lo que predominaban eran juglares que transmitían hermosas historias, normalmente de autor desconocido; lo que importaba eran las historias y la gracia para contarlas, pero no la personalidad del creador. Diferentes tiempos, diferentes culturas.

De la Virgen María se nos dice que, desde su nacimiento, fue dedicada al templo. Y la pregunta que me hago es en qué consistía esto. No parecen existir hasta el momento datos que puedan explicar la presencia de las mujeres en el ámbito del templo.

Hay que precisar que la mayor parte de los conocimientos que tenemos sobre la tradición religiosa judía, provienen de textos llamados "rabínicos" y que son la Mishnhá y el Talmud. Por supuesto está la Biblia y la Torá (los cinco primeros libros de la Biblia Hebrea), pero ahí quedan claras una cosas y otras no tanto.

Entiendo que cuando se estudia la figura de Jesús y su posición en el ámbito palestino de la época en la que vivió, se recurre a fuentes como los Evangelios o estos textos rabínicos que no proceden de la época de Jesús sino que son muy posteriores.

Así como los Evangelios más o menos se datan en el año 70 (no v
oy a entrar en más especificaciones), la Mishná proviene del 200 d. C. , según mis informaciones. Se trata de una recopilación de tradiciones judías y comentarios sobre las mismas. También tenemos el Talmud, más posterior (con dos versiones, una del 400 y otra del 500 d.C., aproximadamente), conteniendo más comentarios sobre la Mishná y tradiciones. Es decir, que, aceptando el valor de estos textos por lo que aportan, lo cierto es que no acabamos de saber por ellos cómo se desenvolvía el mundo judío que vivió Jesús.

No hay que olvidar la destrucción de Jesusalen por los romanos en el año 70 de nuestra era y la dispersión que esto provocó.


Y si es difícil saber más sobre temas que afectan al elemento masculino, no digamos nada del femenino que normalmente brilla, en casi todas las culturas conocidas en nuestro ámbito, por su ausencia.


Así que me pregunto una y otra vez qué significaba dedicar una niña al templo. Y aquí comienza mi imaginación....

CONTINUARÁ...