viernes, 13 de febrero de 2009

Sobre la dualidad BIEN y MAL


Transcribo un extracto de la conferencia de Paramahansa Yogananda, titulada
Por qué el mal forma parte de la creación de Dios, entresacada del libro El Amante Cósmico.


"Si un director cinematográfico realizara películas que tratasen únicamente sobre ángeles, y las exhibiera en las salas de cine todos los días, pronto se vería obligado a cerrar su negocio. Sus producciones deben tratar temas variados para que atraigan la atención del público. ¡El malo hace parecer mucho más bueno al héroe! Y nos gustan los argumentos llenos de acción. No nos importa ver emocionalmente películas sobre peligros y desastres porque sabemos que sólo son películas. Recuerdo que una vez me llevaron a ver una película donde moría el héroe, ¡era una tragedia! Tras acabar la proyección, permanecí en la sala hasta que comenzó la siguiente sesión de la película y vi al héroe nuevamente vivo; luego, me retiré del cine".

"Si pudieras ver lo que ocurre detrás de la pantalla de esta vida, no sufrirías. Se trata de un espectáculo cinematrográfico cósmico. Esta película que Dios proyecta sobre la pantalla de la Tierra no tiene valor alguno para mí. Miro el haz de la luz de Dios que proyecta estas escenas en la pantalla de la vida, y veo que las películas de todo el universo provienen de ese haz luminoso".

"En otra ocasión, estaba yo sentado en una sala de cine, contemplando el emocionante drama que se desarrollaba en la pantalla. Miré luego hacia la cabina de proyección y vi que el operador de la cabina no mostraba el menor interés en la película, debido a que ya la había visto muchísimas veces. En lugar de mirar la pantalla, aquel hombre estaba leyendo un libro. La máquina proyectora hacía su trabajo: había sonido y el haz de luz llenaba la pantalla con escenas realistas, de modo que el público se encontraba atrapado por el drama. Yo pensé: "Señor, Tú eres como ese hombre que está sentado en la cabina de proyección, pues permaneces absorto en tu propia naturaleza de dicha, amor y sabiduría. Tu máquina de la ley cósmica arroja sobre la pantalla del universo escenas de celos, de amor, de odio y de sabiduría, pero Tú permaneces sin involucrarte en tus espectáculos". De edad en edad, de civilización en civilización, se repiten las mismas películas antiguas, una y otra vez, sólo cambian los personajes que representan los distintos papeles. Pienso que Dios debe de aburrirse un poco con todo esto, y que debe de estar cansado de tanta repetición. ¡Es un milagro que el Señor no tire del enchufe y detenga el espectáculo!"

"Cuando aparté la vista del haz de luz que proyectaba las escenas de acción sobre la pantalla, miré al público que se encontraba en la sala y vi que estaban experimentando todas las emociones que los actores representaban en la película. Sufrían con el héroe y reaccionaban ante la maldad del villano. Para los espectadores, se trataba de una experiencia trágica. Para el operador de la cabina de proyección, sólo era una película. Y así ocurre con Dios. Él ha creado películas de luces y sombras, al héroe y al villano, el bien y el mal, y nosotros somos el público y los actores. Tenemos problemas sólo porque estamos demasiado identificados con la puesta en escena".


Paramahansa Yogananda, El Amante Cósmico