La figura nos mira con una sonrisa que pudiera indicar una cierta socarronería. Está preparado para iniciar un camino hacia una meta no claramente definida pero con la esperanza y confianza del neófito en encontrar un verdadero tesoro al final de este trayecto. Esa meta, la vemos iluminada con colores dorados y en forma de corona y rayo, quizá queriendo dejarnos claro que, aunque el objetivo sea bueno, esto no quiere decir que se nos tengan que ahorrar experiencias un tanto desestabilizadoras de vez en cuando. No hay más que poner el ejemplo de un deportista; pone todo su esfuerzo pero mientras ejercita su prueba habrá momentos duros y otros más placenteros.
El camino, también nos advierte de esa variedad de elementos que podemos ir encontrando; flores suaves, flores con espinas, pequeñas piedrecitas, arena suave y limpia; incluso logramos vislumbrar alguna ciudad dispuesta a acogernos. De todo hay en el camino, una vez se emprende éste.
El camino, también nos advierte de esa variedad de elementos que podemos ir encontrando; flores suaves, flores con espinas, pequeñas piedrecitas, arena suave y limpia; incluso logramos vislumbrar alguna ciudad dispuesta a acogernos. De todo hay en el camino, una vez se emprende éste.
El bufón, además de su sonrisa desafiante y alegre al mismo tiempo, se apoya en un báculo que ahora mueve livianamente, pero que en algún momento puede que se convierta en un elemento muy necesario para no sucumbir.
Además, lleva un hatillo sobre sus hombros. El hatillo no tiene demasiadas cosas pues nuestra figura necesita ligereza, y un equipaje demasiado pesado quitaría alegría a su camino, así como dificultaría la búsqueda de nuevas rutas por el cansancio que supondría llevar tantas cosas sobre sus hombros.
Del hatillo surge un juguete; un rey boca abajo. Y es el que el bufón está dispuesto a no tomarse con excesiva seriedad los sucesos a los que se exponga, y nos muestra con su juguete que sabe reírse de todo si ello se hace necesario, pues la risa es el arma más poderosa contra cualquier tipo de intento de sometimiento.
El bufón nos habla de ligereza, alegría, inicios, en definitiva, de la vida.