La Carta llamada EL ÁNGEL está asociada al signo Piscis y al planeta Neptuno. El Ángel es sabio, conoce de manera intuitiva, lleva la chispa divina en su interior. El Ángel nos conecta con nuestra esencia y con los sentimientos. Lleva el agua que cura las emociones propias y ajenas, pues como con todos los ángeles, su influjo es sanador.
Pero darse cuenta de que uno lleva la chispa divina en su interior a veces cuesta mucho. Y ese desconocimiento puede alejarnos de la verdad, y hacernos por una parte soñadores que viven falsas ilusiones, o por otra convertirnos en seres incrédulos y faltos de esperanza.
La chispa divina, la intuición, la llevamos en nuestro interior, es cierto; pero eso tiene que manifestarse de manera efectiva y no practicando un autoengaño o una falta de alicientes e ilusiones.
El ángel de la carta puede estarte indicando que tienes que enfocarte en tu consejero interior y divino, y confiar más en las intuiciones que te transmite si no las obstaculizas. Los ángeles nos sanan porque conectan con nuestra realidad y no con sueños falaces por excesivamente optimistas o demasiado pesimistas. La realidad es divina; la mentira, ya sea positiva como negativa, no lo es.
Recuperar esa vía intuitiva resulta de gran importancia para nuestro desarrollo como criaturas procedentes de Dios.