viernes, 30 de mayo de 2008

LA EMPERATRIZ - (Meditando con las Cartas del Tarot)

La Emperatriz es la carta número III de los Arcanos Mayores en el Tarot Rider Waite.

La Emperatriz es una carta que hace relación, una vez más, a un determinado aspecto femenino. Pero a diferencia de su antecesora, la Suma Sacerdotisa, que era pasiva y se imbuía de conocimiento interno, la Emperatriz es la prosperidad y la productividad. La Emperatriz lo tiene todo y todo lo comparte: es la prodigalidad, la abundancia. Es una mujer realizada que tiene mucho que ofrecer al mundo. Todo lo que toca se enriquece. Desde su trono, en una actitud profundamente activa, contempla la abundancia de la naturaleza. Sólo basta sembrar la semilla para poder recoger abundancia.

La Emperatriz es generosa y creativa. Tiene enormes recursos, pero no es avasalladora. Se mueve de forma espontánea. No se somete a reglas sino a ciclos vitales, pues es una mujer y como tal los conoce a la perfección.


Sabe dar a luz nueva vida, como cualquier mujer embarazada. No pone obstáculos a la creación sino que contribuye a ella como mejor puede; sin cicatería alguna.

A la hora de meditar, ante la visión de esta carta, uno podría hacerse consciente de su significado. Darse cuenta de lo mucho que posee y que por tanto debe ser pródigo y abundante con los demás; incluso, consigo mismo. Debe tener confianza en que, si no se ponen obstáculos, la vida ofrece abundancia.

La riqueza se ofrece. La riqueza es una abundancia creativa. Y a la creatividad hay que dejarla fluir sin obstáculos ni miedos.

En su Tarot-Zen, Osho da el nombre de Creatividad a la que nor
malmente se conoce como Emperatriz. Osho dice "Ama aquello que hagas". No importa la actividad que uno realice, debe llevarla a cabo con inmenso amor. No se trata de realizar grandes obras de arte que sean admiradas en los museos, sino de aplicar creatividad a cualquier aspecto de nuestra vida: cómo decorar la casa, cómo cocinar una deliciosa comida, cómo realizar un bonito arreglo floral. Sé creativo y ama lo que hagas. Y, además, compártelo con los demás.


La Reina, en el Symbolón, nos enfrenta a una dualidad. El Symbolon nos habla de un determinado aspecto psicológico que, o bien hemos llegado a alcanzar, o bien no sabemos aún como utilizarlo en nuestro beneficio y en el del mundo. Con el Symbolon se nos coloca frente a un reto: unir dos aspectos de la personalidad. El problema de una reina es no saber serlo. Y ¿por qué una reina (alguien nacido para serlo) puede fracasar en la tarea?

Hay múltiples razones para ello, y esta carta nos las coloca ante nosotros para que las veamos y podamos superarlas.

Una reina debe ser consciente de su propio valor. Es verdad que también necesitamos que los demás nos reafirmen, pero no debe desequilibrarse la balanza y otorgar excesivo peso a los demás y ninguno a nosotros mismos. La Reina debe saber gobernar con sus súbditos y para sus súbditos.

Además, debe confiar en lo que la vida ofrece. La Naturaleza es rica en su esencia. La manzana nos recuerda que la vida crece siempre, y por tanto hay que confiar y no obstaculizar; ayudar, preparar el terreno, pero siempre desde un punto de vista positivo. Sin embargo, la otra mano de esta reina nos muestra que está tensa porque puede que no confíe ni en la naturaleza ni en ella misma, y eso la haga a veces ser autoritaria, justo cuando no debe.

Cuando uno conoce su puesto, lleva a cabo la tarea sin problemas. Cuando no lo conoce puede pecar bien por exceso de orgullo o bien por defecto de autoestima.