domingo, 22 de junio de 2008

Conocimiento de Dios


"Porque yo quiero amor y no sacrificios,
conocimiento de Dio
s más que holocaustos."
(Oseas 6, 6)

Estas palababras se encuentran en la Profecía de Oseas. Son palabras que Dios dirige a los hombres tan empeñados en hacer de todo menos lo que deberían hacer: amar y conocerle. Al menos iniciar el camino para que se den ambas cosas.

Paramahansa Yogananda nos dice que uno de los mayores "pecados" de la humanidad es la ignorancia. Y es que es verdad; con todos los medios a nuestro alcanza ni siquiera iniciamos la búsqueda. Incluso negamos aquello que no nos acontece. Pero yo me pregunto: ¿por qué he de negar que se puede escalar el Himalaya? ¿porque yo no lo he hecho?. Por supuesto muchos argüirán que eso es algo que se puede constatar, pero ¿todo podemos probarlo? ¿Quién puede probar que cuando digo "buenos días" a mi vecino, en realidad le deseo que tenga un buen día? Sólo yo sé lo que sucede en mi interior. Pues lo mismo ocurre con la búsqueda de Dios, hay quienes afirman conocerlo, los hay que lo niegan, pero ¿quién tiene derecho a negar algo por no experimentarlo de forma consciente?

Buscarlo nos llevará a conocerlo. Eso sí, independientemente de nuestra búsqueda Él seguirá estando presente; lo penoso de esto es que para muchos apenas será visible por no ponerse las gafas que les permitan ver. Porque con la existencia de Dios pasa como con la lluvia mientras no nos afecta por algo particular, que la "oímos" pero no la "escuchamos"; la "vemos", pero no la "miramos".

Por mi cumpleaños mi marido me regaló un libro maravilloso de Paramahansa Yogananda, "El Viaje a la Iluminación", y entre todo lo que dice, extraigo esto para vosotros:


"Nacer, vivir y morir sin conocer la respuesta al misterio
de por qué fuiste enviado a la Tierra como ser humano
constituye un insulto a tu Ser espiritual.
Olvidar a Dios equivale a no comprender en absoluto
la razón de la existencia.

Aprende a percibir a Dios y a gozar de Él.
Haz de esta práctica un hábito y,
a su debido tiempo,
comprobarás el gran beneficio que te aporta".


Pero Yogananda también hace hincapié en que la búsqueda debe de iniciarla uno de motu propio. Así añade en otro párrafo:

"Él no desea imponerse a nadie.
Debes tomar la iniciativa de buscarle
a través de tu propio deseo ferviente,
prefiriéndole a Él por encima de cualquier otro deseo".


Desgraciadamente, en nuestro mundo falta devoción. Y yo me pregunto por qué. Puede ser un efecto de la desilusión, pero puede también ser una consecuencia de una excesiva prepotencia. ¿No es hora de que nos dispongamos a la tarea de la búsqueda de algo más grande que nosotros y que además tenga una inteligencia mayor que la nuestra sin que por ello nos sintamos fracasados o minusvalorados?

Sigue diciendo Yogananda:

"Los auténticos devotos -los que comprenden
que los sombríos caminos de este mundo
conducen inexorablemente a la desilusión-
buscan sin cesar a Dios, y jamás dudan de Él,
independientemente de que Él responda o no.

El devoto ora en su interior:
'Senor, Tú sabes que voy en pos de Ti,
asi que no me importa cuándo me respondas.
A pesar de no ser merecedor de tu respuesta,
no puedes
rechazarme cuando llegue el momento oportuno'.

Tan pronto como Dios se convenza de que eres sincero
y de que nada podrá apartarte de Él,
te concederá la definitiva unión divina."


El cómo lo haga, ya lo averiguaremos; pero lo que sí está en nuestras manos es, al menos, iniciar el proceso.