sábado, 28 de junio de 2008

EL AMOR - (Meditando con las Cartas de El Symbolon)

En la anterior entrega, daba una visión sobre la Carta de los Enamorados en el Rider Waite, y la de los Amantes en el Tarot Osho-Zen. Ahora me gustaría ahondar en tres cartas que se refieren al Amor en la baraja SYMBOLON de Peter Orban, Ingrid Zinnel y Thea Séller.

Como ya he dicho en otras ocasiones, este mazo no se ciñe al desarrollo y numeración del Tarot; ni está dividido entre Arcanos Mayores y Menores, ni tan siquiera sus cartas están numeradas. Su visión es muy distinta, aunque responde extraordinariamente bien a la función de los arquetipos.

En esta baraja existen muchísimas cartas que, de una u otra manera, hacen alusión al amor y a posibles conflictos dentro del amor. Pero he decidido deternerme en estas tres que os presento como una ayuda para la meditación. Las tres cartas son hermosísimas. Aquí las tenéis.

La primera recibe el nombre de EROS. Nos muestra a una pareja desnuda que se miran intensamente el uno al otro. Están bajo un arco de flores, y el paisaje que les rodea es un hermosísimo jardín, con todos los detalle bellos de la naturaleza y aquellos que ha construido el hombre, como esos cómodos y mullidos cojines. A lo lejos, Cupido parece estar pensando en si serán necesarias o no nuevas flechas, ya que la pareja parece sentirse totalmente embelesada.

La carta nos habla del encuentro amoroso que se inicia de una manera física; una atracción que lleva a la pareja al sexo. Pero ¿qué es el sexo? El sexo es la UNIÓN. Se trata de dos seres con características comunes pero con otras muy diferentes. Se trata de asumir esas diferencias, de verse reflejado en ellas y de aceptarlas como un todo.

La segunda carta se llama LA BODA. En ella vemos a una pareja celebrando su matrimonio en un entorno festivo y hogareño. Los niños siembran de flores el camino de esta pareja. Ellos están felices, han cumplido su sueño.

Aquí, además de tratarse de un acto íntimo, cuenta con un aspecto social; quienes rodean a la pareja comparten en cierta forma su deseo de unidad. Se trata de dos seres que han decidido constituir una unidad de cara al mundo; con sus alegrías y con sus tristezas (la rosa y el pañuelo). No son personas que deseen vivir en soledad, sino que asumen el compromiso de formar parte de otro ser para constituir una unidad mayor a la que anteriormente tenían cada uno por separado.

El amor se les ofrece como ayuda para surcar los diferentes rumbos de la vida; y se les ofrece probablemente porque es necesario para ellos sentir el apoyo de su pareja, y porque asumen el reto de vivir unidos de cara a todos los demás.

Se trata de un amor en que los dos están dispuestos a dar y a recibir, pues de otra forma no podría prosperar. Esta carta nos dice que podemos descubrir el amor, a nosotros y al mundo entero, gracias a la unión con nuestra pareja.


La última carta de las que he elegido para esta entrada es la que da el nombre a toda la baraja: EL SYMBOLON, es decir, LA UNIDAD.

Como ya había comentado en otra ocasión, la palabra Symbolon hace alusión a un objeto (un medallón) dividido en dos, y cuyos propietarios se buscan para volver a unir tan hermosa joya, como un símbolo de la unión entre sus propias almas.

Para mí ésta es la carta que más deseo aparezca en mis lecturas (además de El Grial), pues habla del verdadero amor. Por supuesto se trata de un amor que tiene un largo recorrido aún, pero cuyo éxito está asegurado una vez llegue esta pareja al templo.

Se trata de un amor maduro, un amor sereno y pleno, sin exigencias sino lleno de una profunda comprensión de uno mismo, del otro, y de esa tercera
fuerza que se gesta a través del amor.

Ambos miemtros de la pareja están dispuestos a ir subiendo paulatinamente y sin violencias los escalones que conducen hacia la plenitud amorosa. Se trata de personas que saben
tomarse las cosas con calma y tiempo; que saben muy bien que lo no aprendido aún, todavía se puede aprender con calma y confianza, apoyándose mutuamente ambos miembros de la pareja. Ninguno de ellos se centra en la búsqueda de fallos o críticas en el otro, sino que asumen la vida como un proceso que permite el desarrollo completo. Se trata de la TOTAL UNIDAD.