La Carta de EL MEDIADOR se relaciona con el signo zodiacal de Géminis y el planeta Mercurio.
Mercurio era el mensajero de los dioses. Se representa alado para
indicarnos muchas cosas, entre ellas su capacidad para desarrollar la comunicación; Mercurio establecía el contacto entre los dioses y los hombres; por tanto, la comunicación define muy bien esta carta. Pero una comunicación que excede el plano material, ya que abarca también la comunicación entre el plano consciente y el inconsciente o intuitivo del ser humano.
EL MEDIADOR es alguien ágil, de mente clara y que no pierde la oportunidad de llevar su mensaje adonde haga falta.
Un aspecto importante de El MEDIADOR lo constituye su capacidad para establecer relaciones; un terreno en el que sabe moverse cómodamente.
De cualquier manera, como todos los rasgos psicológicos por muy positivos que sean pueden volverse negativos si no se utilizan adecuadamente. En cuanto a nuestro personaje, a veces la precipitación le puede perder; y asimismo un exceso de ligereza. A veces no se percata de que los otros seres no llevan alas como él y puede suceder que no sepa darles el tiempo que ellos sí necesitan.
En cuanto a su ligereza también tiene aspectos positivos y negativos. Lo positivo permite que pueda sobrevolar cualquier situación para obtener una adecuada visión de conjunto que le permita ser objetivo. Pero si la ligereza la usa de manera equivocada puede pasar por alto aspectos importantes de la cuestión a la que se enfrente.
A veces Mercurio parece perder sus alas y su brillo intelectual. Es en esos momentos cuando esta carta puede recordarle su esencia y pedirle que se deshaga de su apatía y vuelva a ponerse en camino despojándose de una subjetividad limitada y abriéndose a su amplitud de miras.
¿Cúando nos dice una cosa y cuándo la contraria? Como siempre digo, todo depende de la posición que ocupe en la tirada. Pero además las Cartas no sólo nos dan respuestas limitadas sino que no hay que olvidar la gran tarea que mueven para nuestra introspección; es ahí donde uno debe ir sopesando el mensaje particular que llevan a cada uno en determinados y precisos momentos.
Mercurio era el mensajero de los dioses. Se representa alado para
indicarnos muchas cosas, entre ellas su capacidad para desarrollar la comunicación; Mercurio establecía el contacto entre los dioses y los hombres; por tanto, la comunicación define muy bien esta carta. Pero una comunicación que excede el plano material, ya que abarca también la comunicación entre el plano consciente y el inconsciente o intuitivo del ser humano.
EL MEDIADOR es alguien ágil, de mente clara y que no pierde la oportunidad de llevar su mensaje adonde haga falta.
Un aspecto importante de El MEDIADOR lo constituye su capacidad para establecer relaciones; un terreno en el que sabe moverse cómodamente.
De cualquier manera, como todos los rasgos psicológicos por muy positivos que sean pueden volverse negativos si no se utilizan adecuadamente. En cuanto a nuestro personaje, a veces la precipitación le puede perder; y asimismo un exceso de ligereza. A veces no se percata de que los otros seres no llevan alas como él y puede suceder que no sepa darles el tiempo que ellos sí necesitan.
En cuanto a su ligereza también tiene aspectos positivos y negativos. Lo positivo permite que pueda sobrevolar cualquier situación para obtener una adecuada visión de conjunto que le permita ser objetivo. Pero si la ligereza la usa de manera equivocada puede pasar por alto aspectos importantes de la cuestión a la que se enfrente.
A veces Mercurio parece perder sus alas y su brillo intelectual. Es en esos momentos cuando esta carta puede recordarle su esencia y pedirle que se deshaga de su apatía y vuelva a ponerse en camino despojándose de una subjetividad limitada y abriéndose a su amplitud de miras.
¿Cúando nos dice una cosa y cuándo la contraria? Como siempre digo, todo depende de la posición que ocupe en la tirada. Pero además las Cartas no sólo nos dan respuestas limitadas sino que no hay que olvidar la gran tarea que mueven para nuestra introspección; es ahí donde uno debe ir sopesando el mensaje particular que llevan a cada uno en determinados y precisos momentos.